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Original Web

Fueron recuperados los fondos robados

Del número de junio de 2024 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 6 de marzo de 2024 como original para la Web.


Nuestra pequeña empresa tuvo un par de desafíos bancarios recientemente que me enseñaron la importancia de ver al hombre como hecho por Dios y, por lo tanto, innatamente puro, honesto, competente y solidario. Habíamos emitido un cheque de importe elevado para pagar a un proveedor al que le habíamos comprado piezas electrónicas. Alguien robó el cheque, luego fabricó dos cheques falsos por la misma cantidad y los cobró. Además de esa pérdida de una suma tan grande de nuestra cuenta, todavía teníamos que pagar al vendedor por la compra que habíamos hecho. 

Cuando trabajamos con el departamento de fraude del banco y nuestro banquero comercial local, nos enviaron paquetes de formularios y más formularios y nos dieron instrucciones contradictorias de varios contactos bancarios. Eso llevó a días de trabajo, frustración y agitación para cuatro de nosotros en nuestra oficina, y algunas noches de insomnio para mí.

En su libro La unidad del bien, Mary Baker Eddy escribe: “Jesús nos enseñó a caminar por encima de, no dentro de ni con las corrientes de la materia, o sea la mente mortal. … Él anuló las leyes de la materia, demostrando que son leyes de la mente mortal y no de Dios. … Él exigió un cambio de consciencia y de evidencia, y efectuó este cambio mediante las leyes superiores de Dios. …  pero ni el formulismo ni el ultraje obstaculizaron el proceso divino” (pág. 11).

Mientras seguía trabajando para resolver la situación, encontré que la Lección-Sermón de la Biblia del Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana era una ayuda fabulosa. Esa semana, el tema era “Alma” —un sinónimo de Dios— y tenía la historia completa de los hermanos mellizos Jacob y Esaú. La Biblia relata cómo Jacob engañó a su padre y tomó la bendición que por derecho le pertenecía a Esaú, y luego huyó a otra tierra para escapar de la ira de su hermano. Pero después de muchos años y de una creciente comprensión de Dios, se le ordenó que regresara a la tierra de su padre. La noche antes de que Jacob se encontrara con Esaú, obtuvo una nueva visión de sí mismo y de su hermano como hijos de Dios, el bien. Entonces, la Biblia dice: “Esaú corrió a su encuentro y le abrazó, y se echó sobre su cuello, y le besó; y lloraron” (Génesis 33:4).

Siempre me ha gustado esa historia y la he usado muchas veces para enseñar en la Escuela Dominical. Su inspiración fue como un faro para mí, iluminando mi camino y ayudándome a alejar mi pensamiento del miedo y la ira para ver a cada persona involucrada en nuestro desafío bancario como un hijo de Dios, gobernado por el Alma. En la Lección Bíblica, la referencia final fue “El hombre es el reflejo del Alma” (Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág. 249).

Mi ira hacia los perpetradores desapareció, y realmente pude verlos no como ladrones, sino como abrazados por Dios, el Amor. También pude ver a los empleados del banco abrazados por el amor de Dios. Vi a todos los involucrados como el reflejo del Alma. Las comunicaciones con los banqueros se volvieron útiles, y nosotros en la oficina nos tranquilizamos. Aunque fue un proceso largo, en seis semanas todos los fondos robados fueron devueltos a nuestra cuenta. 

Unos meses más tarde, nuestro negocio tuvo otro desafío bancario. La cuenta desde la que emitimos cheques de pago semanales a nuestros empleados de repente mostró que se habían emitido cheques falsos con nuestro número de cuenta. Eso requirió cerrar la cuenta de nómina y abrir otra con un nuevo número. Después procesamos la nómina a través de la nueva cuenta. Al principio, parecía que la situación se había corregido y todo estaba bien, pero luego descubrimos que el banco había sacado el total de la nómina de nuestra cuenta dos veces. 

Durante una semana difícil, con muchas comunicaciones entre los banqueros y nosotros, estaba enojada, frustrada y resentida. Solo podía ver incompetencia, ineficiencia y negligencia en la administración del banco. Sin embargo, durante las semanas anteriores, había estado estudiando la “plataforma” de la Ciencia Cristiana presentada en el capítulo “La Ciencia del Ser” en Ciencia y Salud (véase págs. 330-340). El tercer párrafo, junto al título marginal “El mal es obsoleto”, explica que el mal es un engaño que no tiene sustancia ni poder. 

Este y el resto de la plataforma me ayudaron a ver que mi enfoque debía estar en Dios y en la perfección de todo lo que Dios crea, en lugar de en las pretensiones del mal, tales como las fallas y errores institucionales. Necesitaba negar el mal y afirmar el gobierno perfecto de Dios. Al pasar por varias de las sucursales del banco ese día, declaré mentalmente el poder y la presencia de Dios allí, y clasifiqué los errores humanos como mentiras o engaños: como nada.

A la mañana siguiente, todos nuestros fondos habían vuelto a la normalidad. Cuán agradecida estaba de ver claramente que la verdad del ser, tal como se revela en la Biblia y en Ciencia y Salud, está presente y es demostrable.

Bárbara Williams
Yorba Linda, California, EE.UU.

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