“¡Mira mami, está lloviendo!”
Miranda pasó corriendo junto a su mamá y salió por la puerta trasera para sentir la lluvia que caía. Las gotas frías eran refrescantes después de varias semanas de calor en Texas. Miranda pensó que sus plantas también podrían disfrutar de los aguaceros. Así que las llevó afuera al patio para que tomaran un poco de agua.
Esa noche, antes de irse a la cama, Miranda fue a entrar las plantas, pero una telaraña bloqueaba su camino. ¡La telaraña era tan grande que ni siquiera podía ir alrededor de ella! Miranda no quería lastimar a la araña, pero pensó que podría estar más segura en otro lugar. Así que encontró un palo y animó a la araña a saltar sobre él. Luego con cuidado llevó a la araña a una parte diferente del patio donde podría comenzar a construir otra telaraña.
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