¿Qué se siente al experimentar un sentimiento totalmente divino de calma espiritual? Estar alerta a la necesidad de calma y el reconocimiento de la presencia amorosa de Dios pueden apaciguar tormentas de ira ante las intensas interacciones emocionales con los demás. A veces, cuando estamos frustrados por tales circunstancias, tal vez nos sintamos justificados al molestarnos y decir y hacer cosas que causan más daño que bien. Como estudiante de la Ciencia Cristiana, descubrí que necesitaba desarrollar más esta área del desarrollo espiritual. Vigilar el temperamento propio al tratar con los demás es particularmente importante con el aumento y la facilidad de acceso a la comunicación global a través de plataformas sociales y públicas.
Me ha resultado muy útil comprender lo que Dios sabe de la paz y su poder para sanar y restaurar la calma. Mary Baker Eddy, la Fundadora de la Ciencia Cristiana, escribe: “Para eliminar el error que produce el desorden, tienes que calmar e instruir la mente mortal con la Verdad inmortal” (Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág. 415). Se necesita la persistencia e instrucción de la Verdad divina para impedir que los pensamientos mortales alarmantes se entrometan en la confianza natural que uno tiene en la dirección y el amor incondicional de Dios.
Hace años, cuando me molestaba un comentario crítico o desafiante en una situación personal o de negocios, usaba el pensamiento positivo para apagar el impulso de sentirme a la defensiva. Más tarde, me enteré de que este enfoque simplemente posponía la curación del resentimiento latente. A medida que pasaba el tiempo, aprendía que los resultados de confiar en los métodos psicológicos eran insatisfactorios y de corta duración.
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