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Original Web

No más temores por el dinero

Del número de septiembre de 2024 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 19 de febrero de 2024 como original para la Web.


Durante mi niñez, el dinero siempre parecía escasear. Hubo muchas, muchas noches en las que mi mamá solo tenía tostadas para la cena, porque no había suficiente comida para todos. De niña, veía llorar a mi mamá, que normalmente era una mujer fuerte y tranquila, porque no había dinero para pagar la electricidad o los comestibles. Esto hizo que tuviera miedo, como si la vida estuviera siempre en peligro. Me sentía vulnerable a fuerzas fuera de mi control.

De adulta, parecía haber traído conmigo desde mi infancia muchos de estos temores sobre las finanzas y la provisión. A pesar de que tenía un buen trabajo, y a veces más de uno, durante muchos años parecía estar siempre “desvistiendo a un santo para vestir a otro”, barajando el dinero para pagar las facturas más urgentes. Llegó un momento en que las cuotas escolares de mi hijo y los pagos de la hipoteca eran más de lo que podía manejar, y tuve que vender nuestra casa y mudar a nuestra familia a un lugar más pequeño. Pero todavía no parecía haber suficiente. 

En mi estudio de la Ciencia Cristiana, había aprendido que todas las ideas correctas son de Dios y que Dios, por ser nuestro divino Padre-Madre, suministra todo lo que es necesario para que esas ideas prosperen. También había aprendido que la oferta y la demanda provenían del único Principio divino que lo gobierna todo; eran necesidades recíprocas e inseparables. 

Un día, decidí que era hora de desprenderme de este temor a no tener suficiente. Me pregunté si realmente creía en las declaraciones espirituales que había estudiado en la Biblia y en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy, y que Dios era mi Progenitor amoroso que satisfacía todas mis necesidades. A lo largo de los años, había tenido muchas curaciones de problemas físicos y relacionados con el trabajo que me demostraron que Dios es real y que se puede contar con Su amor. Revisé la evidencia que tenía de este cuidado divino y decidí que realmente confiaba en Dios y en estas verdades. Al razonar así, el miedo se desvaneció y sentí como si me hubieran quitado de encima una enorme carga de muchos años.

A partir de ese momento, nunca más tuve problemas para pagar las facturas. El dinero que entraba en la casa no había cambiado, y los gastos seguían siendo los mismos, pero de alguna manera, cuando llegaban las facturas, siempre había suficiente para pagarlas. Hoy en día, no me preocupo por cuánto tengo o no en mi cuenta bancaria. He demostrado que, si hay una necesidad, Dios la suplirá. He descubierto que el Amor divino tiene una multitud de maneras de satisfacer las necesidades. Esta confianza en la provisión segura de Dios me ha dado una libertad que me permite ser generosa con los demás, apoyar causas nobles y compartir la maravillosa abundancia del Amor. Continúo, todos los días, agradeciendo a Dios y a la Ciencia Cristiana.

Deborah Packer
Canberra, Australian Capital Territory, Australia

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