Hoy en día, muchos están lidiando con la pérdida, tal vez la pérdida de compañía, familia, hogar, salud, estabilidad financiera, propósito.
Las enseñanzas de Cristo Jesús revelan que todos tenemos una integridad y un valor innatos, que se encuentran en Dios, a quien la Biblia describe como el Amor mismo. Estas enseñanzas también ofrecen profundas vislumbres de esta integridad y valor. Por ejemplo, Jesús relata una parábola acerca de un pastor que se propone encontrar una oveja perdida de su rebaño de cien (véase Lucas 15:3-7). Esto ilustra la tierna atención de Dios a todos Sus hijos, incluso cuando parece que nos hemos alejado ignorantemente del cuidado y la seguridad de nuestro Padre-Madre.
Dios, al estar siempre presente, nos eleva tiernamente y nos coloca suavemente sobre Sus “hombros”, llevándonos a casa con seguridad en el conocimiento del cuidado infinito del Amor. El Amor divino se da a conocer a todos y es sentido por todos, y este Amor omnipresente nunca puede perderse. Asimismo, el Amor jamás nos pierde de vista a ninguno de nosotros.
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