Un colega en el trabajo me dio a conocer la Ciencia Cristiana en 2010, cuando yo estaba luchando con desafíos laborales. Después de eso, comencé a asistir con regularidad a los servicios dominicales de la iglesia y a las reuniones de testimonios de los miércoles en una Sociedad de la Ciencia Cristiana, y tuve muchas curaciones a través de mi estudio de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy. También tuve experiencias de curación con la ayuda mediante la oración de una practicista de la Ciencia Cristiana, y quiero compartir una de ellas.
Desde mi infancia, tenía la costumbre de compartir actividades diarias con mi madre. En 2010, me mudé a 130 kilómetros de mi pueblo a una nueva ciudad por un trabajo. Era la primera vez que estaba lejos de mis padres y de casa. Yo era uno de varios huéspedes que pagaban en un apartamento (conocido como PG) en Chandigarh. Todas las noches, cuando regresaba del trabajo, llamaba a mis padres por teléfono y hablaba sobre mi día. Si algunas veces no podía hablar porque había estado trabajando hasta tarde o por cualquier otra razón, me sentía sola y triste.
Después de que me dieron a conocer la Ciencia Cristiana, llegué a saber que Dios es nuestro Padre-Madre y siempre está con nosotros en todas partes. Sin embargo, a veces la soledad me abrumaba. Decidí aplicar las verdades que estaba aprendiendo en esta maravillosa Ciencia para superar este sentimiento. Para entonces, había tenido muchas curaciones: de problemas estomacales, problemas laborales, dificultades en las relaciones, resfriados, tos, fiebre y dolor de espalda, por nombrar algunos. Esto me inspiró a hacerme miembro de la Sociedad de la Ciencia Cristiana en Chandigarh y de La Iglesia Madre, La Primera Iglesia de Cristo, Científico, en Boston. Quería aprender más sobre esta Ciencia sanadora, así que hice una solicitud para tomar Instrucción de clase Primaria, un curso profundo sobre la práctica de la Ciencia Cristiana, y fui aceptada.
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