
Relatos de curación
Hace Nueve Años , mientras pasaba por un divorcio difícil, tuve mi primera curación por medio de la Ciencia Cristiana. Había estado padeciendo de náuseas, desmayos, dolores abdominales y hemorragia.
Fui criado en la Ciencia Cristiana y siempre he estado consciente de sus principios básicos, aunque no dependí grandemente de ellos hasta hace poco. Aun ahora me doy cuenta de cuánto más hay que aprender de las lecciones que Cristo Jesús enseñó, y que nuestra Guía, Mary Baker Eddy, explica tan bien en Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras.
Una Nueva Conocida me dio a conocer la Ciencia Cristiana. Me dijo que Mary Baker Eddy es la autora de un libro que explica las leyes de Dios que fundamentan las curaciones de Cristo Jesús.
Cuando Era Adolescente estaba convencido de que era homosexual y practiqué actividades homosexuales. Paulatinamente, toda mi vida se vio afectada.
Cuando Lei Un testimonio en un ejemplar del Christian Science Sentinel escrito por un hombre que no es miembro de La Iglesia Madre, pero que experimentó una curación por medio de las enseñanzas de la Ciencia Cristiana, me di cuenta de que yo también podía expresar mi gratitud por la Ciencia Cristiana, aun cuando no soy miembro de la Iglesia. Hace más o menos quince años me encontraba hospitalizada por una enfermedad que los doctores habían diagnosticado como hepatitis infecciosa.
Conoci La Ciencia Cristiana cuando era niña y quise seguirla. Pero la experiencia de un niño atraviesa por muchas etapas.
Me Es Muy grato compartir una curación física que tuve desde que me hice Científico Cristiano. En junio de 1987, tuve un accidente automovilístico que por poco me cuesta la vida.
Cuando Era Adolescente pasé por un período de profunda depresión y desaliento. Mis padres se habían divorciado y la familia se había dispersado.
Hace Un Par de años, cuando formaba parte de una compañía de ballet, me lesioné ambos tobillos. El director de la compañía insistió en que debía tener un diagnóstico, de modo que accedí a su pedido.
Cuando Perdi A mi esposo me pareció que el mundo se me iba a caer encima. No solamente ya no tenía a mi querido esposo, sino que había perdido todo en un negocio que los dos habíamos organizado.