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Mis Tres Hijos eran chicos cuando...

Del número de marzo de 1992 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Mis Tres Hijos eran chicos cuando comencé a estudiar la Ciencia Cristiana. El más pequeño sufría de asma y yo a menudo me preguntaba si él podría asistir a la escuela cuando tuviera cinco años. El médico de la familia nos había aconsejado mudarnos a la zona oeste del país, con clima más seco, lo que podría ayudar al niño; pero mi esposo recién estaba estableciendo su negocio en el oeste medio de los Estados Unidos. Yo conocía un poco la Ciencia Cristiana y me sentí alentada a probar este método de curación espiritual.

Inscribimos a nuestros hijos en la Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana. Dediqué gran parte del tiempo a estudiar la Biblia y el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud por la Sra. Eddy. Las Lecciones Bíblicas semanales del Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana ampliaban mi estudio de la Biblia. Había gran cantidad de palabras en el libro de texto que yo no conocía. Con frecuencia leía con el libro de texto en una mano y un diccionario en la otra.

En el libro de texto leemos: “Los niños son más dóciles que los adultos y aprenden más pronto a amar las sencillas verdades que los harán felices y buenos”. Y pudimos comprobarlo en nuestra familia. A medida que yo oraba y continuaba estudiando la Ciencia Cristiana, el asma fue desapareciendo. Cuando encontrábamos al médico en las actividades sociales de nuestra ciudad, él preguntaba por nuestro hijo, y yo estaba agradecida por poder contestar francamente: “Está bien”.

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