Una Mañana Sufri, repentinamente, un ataque de apoplejía. No podía recordar cómo hacerme el nudo de la corbata, manejar el automóvil o construir una frase coherente. Lo que sí recuerdo es la fortaleza y convicción que expresaba mi esposa acerca de lo que habíamos aprendido en la Ciencia Cristiana sobre la verdad del ser. También recuerdo la inmediata ayuda de un amigo, que es practicista de la Ciencia Cristiana, el apoyo de mi hermana y el aliento de mi esposa.
En dos días debía presentarme a una entrevista de trabajo, pero logré posponerla hasta la semana siguiente. Oré y estudié, y mi esposa y yo sentimos mucha gratitud por todo el bien que habíamos experimentado en nuestra vida, incluso las muchas pruebas del poder de Dios y Su amor por el hombre. La mejoría fue constante.
Cuando llegó el día de la entrevista, pensé en el hecho espiritual de que todo está bien en el diseño infinito de Dios, y que el Cristo, la Verdad, está siempre presente y se puede reconocer que satisface toda necesidad humana. Vi que mi propósito en la entrevista era oír y reflejar a Dios que es la Mente.
Pensé que la entrevista había sido un desastre. Sin embargo, me sentía simplemente agradecido por la oportunidad de haber asistido a la entrevista.
Los días siguientes fueron de constante progreso en la curación de los efectos del ataque. “Vivíamos” con este versículo de la Biblia: “No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia” (Isaías). El practicista me aseguró que me gobernaba la ley de Dios que garantiza el desarrollo armonioso del bien, y que esta experiencia me daba la oportunidad de aumentar mi comprensión de la Verdad divina. Entonces sané completamente.
Más tarde supe que me habían aceptado para el puesto. Todavía estoy dando gracias a Dios por esta maravillosa curación y por la nueva oportunidad de utilizar de manera práctica mis talentos y experiencia al servicio de otros.
Esta experiencia reforzó mi convicción de que la Ciencia Cristiana es la eterna verdad que Jesús enseñó, y que es la salvación del mundo. Doy gracias a Dios, nuestro Padre-Madre, por Cristo Jesús, quien nos mostró el camino, y por la Ciencia Cristiana, que descubrió y fundó la Sra. Eddy.
Glen Iris, Victoria, Australia