Me Entere De la Ciencia Cristiana por primera vez cuando estaba en la escuela primaria. A menudo observaba las palabras “Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana” en un edificio por el cual pasaba frecuentemente en auto con mi familia. Durante esos años no le pregunté a nadie sobre la Ciencia Cristiana. Pero varios años después, cuando encontré a una maestra de la escuela secundaria cuya vida radiaba amor, me sentí forzada a averiguar el motivo. Me contestó que se debía a la Ciencia Cristiana. Fue entonces que comencé a investigar la Ciencia.
En esa época usaba un braguero en la espalda, debido a una curvatura de la espina dorsal. Me convencí de que la Ciencia Cristiana podía sanarme de la necesidad de usarlo, a pesar de que me habían dicho que tendría que usar el braguero por algunos años. Sin embargo, mi familia no quería que me informara acerca de la Ciencia Cristiana, de manera que terminé la escuela secundaria sin dedicarme a estudiar la Ciencia y aceptando el pronóstico médico sobre mi espalda. Durante toda esa época, en mi pensamiento se llevaba a cabo una gran búsqueda espiritual, porque no me satisfacían las enseñanzas de la iglesia de mi familia.
Durante el primer trimestre del primer año en la universidad, me suscribí a The Christian Science Monitor y leía el artículo religioso diario con regularidad. Esos artículos me ayudaron a menudo a superar situaciones difíciles de la vida universitaria, incluso en mi trabajo académico, que al principio fue extremadamente exigente para mí. Durante una semana especialmente difícil, vi un anuncio sobre una conferencia de la Ciencia Cristiana que se iba a dar en la universidad. Después de asistir a la conferencia y de obtener mucha inspiración, solicité Ciencia y Salud por la Sra. Eddy y empecé a estudiar seriamente la Ciencia Cristiana.
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