Recuerdo Cuando, Hace algunos años, trabajaba para una compañía que servía comidas, cocinando, preparando ensaladas y lavando platos. Parecía que esa clase de trabajo era lo único que haría toda mi vida, ya que era lo único que siempre había hecho durante varios años.
Luego mi vida comenzó a tomar un rumbo diferente. Me interesé en la administración de empresas y comencé a tomar clases de contabilidad por la noche, en una universidad de la comunidad donde vivía. No imaginé hasta dónde me llevaría esto. En aquel momento lo que más me preocupaba en relación con mis estudios era abrir mi propio negocio. Me trasladé a una importante universidad, me inscribí en la carrera de administración y comencé a asistir a los cursos durante el día. Mi interés aumentó al punto de esforzarme por obtener un título, y con el tiempo hasta estudié dos carreras. Estaba ocupado con un programa de estudios e incluso me mantenía económicamente.
Tuve que enfrentar muchos desafíos que me hicieron crecer espiritualmente. Muchas veces parecía que no me alcanzaba el dinero. Por ejemplo, en una ocasión se acercaba el final del semestre y yo estaba atrasado en mis cuentas: debía cientos de dólares, incluso el alquiler. Entonces, el motor de mi auto se averió en forma tal que no tuvo arreglo. El auto estaba inservible.
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