Relatos de curación
La Ciencia Cristiana llegó a mi vida cuando trabajaba para una universidad muy conocida y, al mismo tiempo, estaba estudiando para mi tesis doctoral en enseñanza religiosa. La Ciencia me fue especialmente beneficiosa mientras llevaba a cabo mi investigación doctoral en la República de Irlanda.
Un verano, poco después de que comencé el servicio alternativo que se requiere de aquel que rehúsa combatir como soldado por ser pacifista Nota de los Redactores: La decisión de un Científico Cristiano de negarse a combatir es puramente una elección individual y no una norma de la iglesia. (cuidando ancianos en una casa de hospedaje para Científicos Cristianos), uno de los dedos se me inflamó y me dolía mucho.
Conocí la Ciencia Cristiana cuando era muy joven. Un familiar muy querido, quien vio que yo estaba enferma, me llevó a una practicista de la Ciencia Cristiana.
Hace unos pocos años fui a Florida de vacaciones, y allí me saturé de su cálido sol. Me encanta nadar, y todas las mañanas temprano me zambullía en la piscina cuando no había nadie, para poder disfrutar de la piscina yo sola.
Me crié en una iglesia protestante de otra denominación religiosa. Aunque sentía un profundo amor por Dios, tenía poco entendimiento de cómo El podía ayudarme en mi vida.
Hace cincuenta años, cuando tuve que comparecer ante la junta examinadora, quedé exento del servicio militar debido a un problema del corazón. Esto me sobresaltó, puesto que siempre había participado activamente en los deportes.
He estudiado la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) y confiado en ella para mi curación desde que tenía veinte años de edad. Sin embargo, durante mi niñez y mi adolescencia, tuve dos dificultades físicas que fueron atendidas médicamente y declaradas incurables: tiña y sinusitis.
Deseo aprovechar esta oportunidad para expresar, de todo corazón, mi gratitud por la Ciencia Cristiana. Cuando trabajaba como portero, me salió en la planta de un pie una protuberancia bastante dolorosa.
Una de nuestras lecciones que se encuentran en el Cuaderno Trimestral de la Ciencia Cristiana, se titula: “Dios, preservador del hombre”. El estudio de esta lección me ha impulsado a dar este testimonio, puesto que he recibido pruebas de que Dios verdaderamente preserva al hombre.