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Relatos de curación

A la edad de catorce años, conocí someramente la Ciencia Cristiana. Una hermana me llevó a algunos servicios dominicales y a las reuniones de testimonios de los miércoles en una iglesia filial.

Temprano una mañana me desperté a causa de los dolorosos síntomas de una infección de sinusitis en la frente y en la garganta. Mientras yacía en cama preguntándome qué hacer frente al problema, me di cuenta de que habían pasado más de dos años sin que estos perturbadores síntomas me atormentaran.

No creo en los llamados milagros, pero sí creo en la curación.

No creo en los llamados milagros, pero sí creo en la curación. Sé que la confianza en Dios y el hacer todo lo posible por seguir las enseñanzas de Cristo Jesús, siempre traen resultados maravillosos.

La Ciencia Cristiana* es maravillosa, y yo estoy agradecida por...

La Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) es maravillosa, y yo estoy agradecida por haber sido estudiante de esta enseñanza durante toda mi vida. Cuando estaba en la escuela secundaria, sufrí lo que parecía ser una severa hemorragia pulmonar.

Era una adolescente cuando me interesé en la Ciencia Cristiana. Las primeras curaciones sobresalientes que tuve fueron las de un oído infectado, una enfermedad del corazón y un crecimiento en un dedo del pie.

Cuando supe acerca de la Ciencia Cristiana por primera vez, estaba en Berlín y padecía tuberculosis pulmonar en un estado muy avanzado. Varios médicos habían dicho que sólo me quedaban unas pocas semanas de vida.

En mi niñez y también cuando ya era adulta, con frecuencia sufría de hepatitis. Una noche, cuando parecía no encontrar paz, abrí un libro que había pedido prestado, Ciencia y Salud por la Sra.

Me enteré de la Ciencia Cristiana en 1950.

Me enteré de la Ciencia Cristiana en 1950. En ese tiempo un amigo me dio un ejemplar de Ciencia y Salud por la Sra.

“Tú has librado mi alma de la muerte, mis ojos de lágrimas y mis pies de resbalar” (Salmo 116:8). Apenas comenzaba a conocer algo de la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) mediante la lectura del Christian Science Sentinel y otras publicaciones periódicas de la Ciencia Cristiana, cuando fui a hacerme el examen médico anual.

Después de diez y ocho años de lo que yo había considerado un matrimonio feliz, mi esposo me informó que ya no me amaba y que deseaba disolver nuestro matrimonio. Esto fue para mí un choque terrible, y no podía creer que él hablaba en serio.

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

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