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Relatos de curación

En el mes de abril de 1972, cuando me preparaba para enseñar mi...

En el mes de abril de 1972, cuando me preparaba para enseñar mi clase en la Escuela Dominical de una filial de la Iglesia de Cristo, Científico, en Buenos Aires, resbalé y me caí. Amablemente dos personas me levantaron y me llevaron hasta mi lugar en la Escuela Dominical.

Un bien querido pasaje de la Biblia nos dice (Joel 2:25): “Y os restituiré los años que comió la oruga”. A través del estudio y la aplicación de la Ciencia Cristiana he tenido muchas pruebas prácticas de esta dinámica promesa.

Hace unos cuantos años, a mi regreso de un largo viaje alrededor del mundo, fue evidente que me hallaba muy enferma y que necesitaba de atención especial. Me llevaron a una casa de reposo para Científicos Cristianos, cerca de la ciudad de Nueva York.

Desde que era jovencita padecía de agudos dolores estomacales casi continuos; jaquecas que a menudo duraban dos o tres días; fuertes resfriados acompañados de bronquitis; manchas que desfiguraban mi cuerpo; fiebres y otras enfermedades. Durante mi juventud casi todos los días tenía que guardar cama, y nunca supe lo que era jugar con otros niños.

Mi primer contacto con la Ciencia Cristiana* se debió sencillamente...

Mi primer contacto con la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) se debió sencillamente a mi necesidad de una curación. Nunca imaginé que el estudiar y asistir a la iglesia fuera algo que me interesara.

En una época cuando mi esposo padecía de una seria y dolorosa enfermedad, yo le daba inyecciones diarias de morfina para aliviar su sufrimiento. Entonces el médico lo declaró adicto a la morfina y se negó a prescribir otra receta, en un esfuerzo por obligar a mi esposo a ir al hospital para recibir tratamiento.

Hace muchos años mi esposo me dejó con cinco niños pequeños...

Hace muchos años mi esposo me dejó con cinco niños pequeños. Él había contraído grandes deudas en su negocio, y nuestras deudas personales también eran alarmantes.

Cuando tenía seis años, mis dos hermanos y yo fuimos separados de...

Cuando tenía seis años, mis dos hermanos y yo fuimos separados de nuestros padres, y a mí me pusieron en una misión bautista, donde iba a la escuela. A la edad de dieciséis años me enviaron a trabajar a una granja de ganado ovino en Carnarvon, Australia Occidental.

En 1917, año en que me casé, dejé de ir a la iglesia que había frecuentado hasta entonces. Después de muy poco tiempo me sentí perturbada por lo que algunos dijeron serían las consecuencias de dejar esta iglesia.

Soy feliz de ser un estudiante de la Ciencia Cristiana*.

Soy feliz de ser un estudiante de la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) . Tengo en mi casa un cuarto exclusivamente para la lectura de la literatura de esta Ciencia.

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

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