
Relatos de curación
Durante mis estudios en la escuela secundaria me sentí muy presionada por familiares y amigos, así es que empecé a probar diferentes drogas con la esperanza de que esto respondería a mis necesidades. Finalmente me recluyeron en un hospital del estado para someterme a exámenes con el propósito de determinar si habían daños cerebrales que se sospechaba fuesen de nacimiento.
Conocí esta Ciencia cuando estaba cursando estudios preparatorios para ingresar en la Facultad de Medicina. Comencé a asistir a las reuniones de un grupo de Científicos Cristianos en la universidad.
No hace mucho tiempo me apareció en la frente un pequeño tumor muy doloroso que me iba creciendo. Soy maestra de escuela, y esto causó comentarios entre mis compañeras e inclusive entre mis alumnos más jóvenes.
Soy una mujer muy entrada en lo que se llama “edad avanzada”. Toda mi vida he vivido la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) lo mejor que he podido.
Aunque yo era estudiante de la Ciencia Cristiana, en cierta época me dejé dominar por la conmiseración propia. Creía que el distanciamiento de ciertas amistades había sido causado por la influencia de otras personas.
Después de haberme casado fui a vivir en una zona semitropical. A menudo íbamos a nadar y disfrutábamos participando en otros deportes acuáticos.
Nunca podré estar lo suficientemente agradecida por todos los pasos divinamente guiados que me condujeron a la Ciencia Cristiana. Me casé con un hombre cuyos familiares eran Científicos Cristianos, pero mi esposo no estaba afiliado a la iglesia.
¡Qué diferencia hay entre el ignorar una dificultad y el sanarla por medio de la oración en la Ciencia Cristiana! Claramente pudimos ver esto cuando una niñita de nuestra familia comenzó a mostrar evidencia leve de una enfermedad de la piel. Por varias semanas el asunto parecía mínimo, pero se fue empeorando hasta que la condición pareció ser tiña.
Al acercarme a la adolescencia, me vi afligido con una enfermedad que los médicos diagnosticaron como epilepsia. Mi papá, que no pertenecía a ninguna religión determinada, gastó muchos miles de dólares en tratamientos médicos y en especialistas para descubrir la causa y curación de esta enfermedad.
Ofrezco mi testimonio con la esperanza de que otros sean bendecidos como yo lo he sido. Hace poco tuve que hacer frente a una condición de los riñones conocida como enuresis.