Relatos de curación
Poco después de haber comenzado a estudiar la Ciencia Cristiana sané en dos semanas, mediante la oración de una practicista de la Ciencia Cristiana, de un envenenamiento de la sangre. Me sentí muy agradecida, y muy entusiasmada con la Ciencia Cristiana.
Hace muchos años, al comienzo de este siglo, mis padres conocieron la Ciencia Cristiana. Los médicos le habían dicho a mi mamá que no podría sobrevivir la grave condición asmática de la que estaba padeciendo.
En 1971 estaba considerando la posibilidad de terminar con mi vida, ya que no veía ninguna razón buena para vivir. Desde niño siempre había ansiado saber las respuestas a los aparentes misterios de la vida.
He sido estudiante de Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) durante cuatro años. Estoy muy agradecido de ser miembro de La Iglesia Madre en Boston, Massachusetts, y de Primera Iglesia de Cristo, Científico, en Accra, Ghana.
¡Cuán oscuro era para mí el siguiente pasaje antes de conocer la Ciencia Cristiana! “Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida” (Juan 8:12). Llegué a esta Ciencia cuando me encontraba en lo que parecía ser un estado de oscuridad y desesperación tanto en lo físico como en lo moral y espiritual.
Conocí la Ciencia Cristiana a través de la curación que tuvo mi madre de presión arterial alta. Siguiendo la recomendación de los médicos, ella viajó a la capital de nuestro estado, pues se consideraba que allí el clima era mejor para su salud.
Es con profunda gratitud a Dios y a la Ciencia Cristiana que doy este testimonio. Hace siete años sané por medio de la Ciencia Cristiana de una lesión en la cabeza que parecía ser muy seria.
Como alumno regular de una Escuela Dominical de la Ciencia Cristiana, deseo expresar mi gratitud a Dios por Su tierno cuidado, y a la Sra. Eddy por habernos dado el libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud.
Durante cuatro o cinco años había estado sufriendo de ciática. Un amigo me llevó a una conferencia sobre Ciencia Cristiana.
Muy a menudo buscamos a la distancia aquello que está a la mano. Durante la primera parte de mi vida la Biblia era para mí un libro totalmente desconocido.