
Relatos de curación
Estando ya comprometida para casarme, encontré en mis padres una fuerte oposición, debido a que las creencias religiosas de mi prometido eran radicalmente opuestas a las mías. Lo que yo deseaba era un matrimonio feliz, armonioso y permanente.
Empezaba a estudiar la Ciencia Cristiana cuando me enfermé gravemente. Al principio sentía dolores en todo el cuerpo al levantarme por la mañana; regresaba de trabajar antes de lo acostumbrado y me iba a la cama, sintiéndome muy agotada.
Hace unos cuantos años, cuando la salud de mi esposo estaba decayendo, dimos el pago inicial por una casa que compramos, la cual era modesta y necesitaba arreglos. Al poco tiempo de habernos mudado, empecé a tener dificultad para moverme y para cuidar de nuestro pequeño hijo.
He gozado de un gran desarrollo en mi comprensión espiritual al sanar de una fractura en la cadera que tuve a causa de un accidente automovilístico. Los bomberos que me sacaron del auto no manifestaron ningún temor por mi estado, ni insistieron en que recibiera atención médica.
Hace unos ocho años sufrí el colapso de un pulmón. El médico que me atendió me advirtió que si volvía a ocurrir esto las consecuencias podían ser graves.
Hace años durante una época difícil, pedí prestado un ejemplar de Ciencia y Salud por la Sra. Eddy en la Sala de Lectura de la Ciencia Cristiana, en el pueblo donde vivía.
Hace ya algún tiempo que he gozado del estudio de Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) , y deseo agradecer a Dios por el bienestar que me ha traído. El conocimiento de la Verdad divina nos trae renovación y consuelo, así como salud y felicidad.
Cuando supe por primera vez de la Ciencia Cristiana, sentía temor de cualquier cambio. Estaba renuente a dejar los varios placeres materiales.
Tanto nuestra comunidad como nuestra vida están verdaderamente sostenidas por el tierno y protector cuidado de Dios. No hace mucho tiempo tuve la oportunidad de comprobar el gobierno de Dios en mi vida.
Mientras estaba felizmente empleada en uno de los hogares residenciales para Científicos Cristianos, de pronto comencé a sentir dolores agudos en los tobillos y talones. No sé cómo se llamaría la condición porque nunca fue diagnosticada.