Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

[Original en español]

Una mañana me sentí repentinamente mal.

Del número de febrero de 1981 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Una mañana me sentí repentinamente mal. No había sensibilidad en uno de los brazos, y no podía gobernar el movimiento de una de las manos. También tenía dificultad para hablar. En ningún momento sentí temor. Afirmándome en que Dios me iba a sanar, pude telefonear a mi esposa, que estaba en su trabajo. Ella regresó a casa inmediatamente. Mientras tanto yo esperaba orando. Mi estado parecía ser muy serio.

Mi esposa llamó a una practicista de la Ciencia Cristiana, quien nos aseguró inmediatamente que me daría tratamiento metafísico por medio de la oración. Al poco rato pude abrir la mano, la cual estaba rígida. Esa tarde la practicista nos visitó, y mejoré grandemente. Ella continuó orando durante varios días, y mi progreso se iba manifestando.

Muy pronto mejoré completamente, y no quedó rastros de esta enfermedad. El restablecimiento de mi salud fue prueba de la siguiente declaración de la Sra. Eddy: “La armonía en el hombre es tan bella como en la música, y la discordancia es contranatural, irreal” (Ciencia y Salud, pág. 304). Doy gracias a Dios por esta admirable curación.

Iniciar sesión para ver esta página

Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / febrero de 1981

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.