Relatos de curación
El siguiente versículo de Proverbios en la Biblia, expresa para mí de forma concisa la experiencia que estoy por relatar: “Fíate del Señor de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos tus caminos, y él enderezará tus veredas” (3:5, 6).
Un día, iba de camino a almorzar con unos amigos, cuando sentí una puntada muy fuerte en el pecho. No le di mucha importancia ni comenté nada.
En 1995, un mes antes de mi boda, salí a almorzar con una amiga y compañera de trabajo. Nuestra oficina se encontraba en una calle de cuatro carriles con mucho tráfico, la cual, por lo general, a esa hora del día, estaba tranquila, y había un semáforo para peatones justo afuera de la entrada de nuestro edificio.
Un día, hace alrededor de un año, me desperté sintiendo como que todo en mi cuarto se me venía encima. La cabeza me daba vueltas y no lograba fijar la mirada.
El relato bíblico que cuenta la historia de José es uno de mis favoritos. Enseña que no importa cuán mal parezcan las cosas, cuando uno mantiene su confianza en Dios, todo se resuelve para bien.
En una ocasión, teníamos planeado viajar con mi familia a Buenos Aires; yo iba a concurrir a una reunión de un día y el resto lo dedicaríamos para pasear por la ciudad. Nuestros hijos de 9 y 13 años iban a venir con nosotros.
La espiritualidad y la religión me habían interesado desde que era niña. Pero no lograba entender por qué mi familia estaba siempre afligida por el sufrimiento, las enfermedades y otros problemas.
“Hoy en día, el poder sanador de la Verdad se demuestra extensamente como una Ciencia inmanente y eterna, en vez de la exhibición de un fenómeno” (Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág. 150).
Desde el primer momento en que empecé a leer el libro Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, por Mary Baker Eddy, su lectura me atrapó. Quería conocer más acerca de Dios, y no podía dejar de leerlo.
Es un hecho que podemos percibir y experimentar libertad, seguridad y guía, en medio del caos más grande. ¿Cómo es posible esto? Gracias a los “guías espirituales”, como Mary Baker Eddy define a los ángeles, que se manifiestan independientemente del tiempo y el espacio (véase Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág. 299).