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Original Web

Escuchar la guía de Dios

Del número de noviembre de 2017 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 28 de septiembre de 2017 como original para la Web.


En 2006, mientras trabajaba en una escuela privada como responsable de la administración y el mantenimiento de las computadoras, hubo una serie de dificultades y conflictos sociales relacionados con la remuneración del personal, las facturas de los vendedores, etc. Y debido a los desacuerdos entre los ejecutivos, a menudo me encontraba en situaciones vergonzosas, hasta el punto de no saber qué instrucciones seguir. Cuando esto ocurría, yo no reaccionaba, sino que me volvía a Dios antes de realizar cualquier acción. Las siguientes palabras de un poema me solían ayudar a encontrar un curso de acción positivo que normalmente funcionaba para ambas partes. 

La colina, di, Pastor,
cómo he de subir;
cómo a Tu rebaño yo
debo apacentar.
Fiel Tu voz escucharé,
para nunca errar;
y con gozo seguiré
por el duro andar.

  (Mary Baker Eddy, Escritos Misceláneos
       1883–1896, págs. 397-398)

Fui a ver a un practicista de la Ciencia Cristiana sobre las dificultades que enfrentaba, y él me ayudó a través de la oración. Una frase que me llamó la atención durante nuestra conversación fue “Nuestro Padre-Madre Dios, todo-armonioso” (Mary Baker Eddy, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, pág. 16). El practicista insistió en que esto era la verdad en ese momento. Y eso me hizo comprender que en realidad no podía haber ningún conflicto entre las ideas de Dios, en este caso los miembros de la administración, o entre ellos y yo, porque todos estábamos bajo el mismo gobierno espiritual, y todos teníamos un Padre-Madre Dios que nos empleaba a todos para expresar armonía y paz. Declaré firmemente y con seguridad que la armonía estaba realmente presente. Tiempo después, la armonía reinó entre nosotros en la oficina, y se restableció la paz. Me ascendieron al puesto de contador general.

Un año más tarde, fui guiado a renunciar a mi trabajo, aunque esta decisión no le parecía prudente a la gente que me rodeaba. Leemos en la Biblia: “Porque yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis” (Jeremías 29:11). Como siempre, estaba escuchando la guía de Dios, y me vino la idea de iniciar un negocio en la automatización de oficinas. Debo admitir que, al principio, no tenía nada más que la idea. La atesoré en mis oraciones, con una fe muy grande en Dios. Sin embargo, hubo momentos en que me abrumaba el desaliento y pensaba que debía darme por vencido. En el libro de Josué leemos: “No tengas miedo ni te desanimes, porque el Señor tu Dios está contigo dondequiera que vayas” (1:9 La Santa Biblia, Nueva Traducción Viviente). Encontré consuelo en este versículo, y se renovó mi esperanza.

Entonces decidí expresar mi gratitud trabajando con lo que ya tenía, así que empecé con un centro de formación en computación. Más adelante puse en marcha un centro de capacitación vocacional, seguido de un negocio informático, un cibercafé, y finalmente una escuela. Gracias a la postura firme que tomé, y a mi inquebrantable fe en Dios, progresé y logré tener éxito en mi negocio mucho más rápido de lo que se esperaba.

Desde ese momento, escuchando la guía de Dios, me sentí guiado a responder al llamado de servir a Dios y a la humanidad, y en 2011 decidí convertirme en practicista de la Ciencia Cristiana a tiempo completo. Pero hacer esto no fue fácil, porque cada vez que pensaba en seguir adelante con esta decisión, me embargaba el desaliento o una falta de motivación o compromiso, y me decía a mí mismo que debía esperar otro año. Pensaba que era demasiado joven y no podía renunciar a todas mis actividades. Pero yo sabía que estos pensamientos no eran más que sugestiones mentales agresivas.

Mientras oraba y confiaba en Dios, me vinieron a la mente los siguientes versículos bíblicos: “A la verdad la mies es mucha, mas los obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que envíe obreros a su mies” (Mateo 9:37, 38). Fue entonces cuando decidí realmente responder al llamado de servir a Dios, y dejar todo por el Cristo, para dedicarme a ayudar a otros a través de la oración. He sido muy bendecido por este trabajo.

Noss Mokoko Ndumbo
Kinshasa, República Democrática del Congo

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