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Original Web

Inflamación desfigurante curada

Del número de noviembre de 2017 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana

Apareció primero el 21 de septiembre de 2017 como original para la Web.


Hace algunos años, durante un período de tiempo, la apariencia y la funcionalidad de mi mano derecha se deterioraron.

He hallado que la Ciencia Cristiana es el método más efectivo de curación, y confío en ella para todas mis necesidades. Nos muestra cómo podemos recurrir a Dios confiadamente en oración para sanar, cualquiera sea la situación. Encontré algunos testimonios muy útiles de curaciones en las revistas The Christian Science Journal y el Christian Science Sentinel, que me alentaron en mis oraciones y me hicieron sentir que era razonable esperar una solución espiritual.

Estudio a diario la Biblia y el libro de texto de la Ciencia Cristina, Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras por Mary Baker Eddy. Y he descubierto que este estudio profundiza mi comprensión de Dios. También he tomado instrucción en clase Primaria de la Ciencia Cristiana, que enseña la verdadera naturaleza de Dios y del hombre, y cómo orar con eficacia —y cómo dar un tratamiento en la Ciencia Cristiana a través de la oración.

Respecto al tratamiento, encontré en los escritos de Eddy varias referencias a la importancia de ver más allá de lo que los sentidos materiales nos están diciendo para poder ver la realidad espiritual, la forma en que Dios nos ha creado: espirituales y, por lo tanto, libres de dolor y sin un solo elemento de deterioro. Ella explica que podemos descubrir esta creación espiritual revirtiendo lo que los sentidos materiales nos están diciendo acerca de la condición material, y cediendo a la verdad espiritual acerca del hombre.

Mientras oraba, revertía cada sugestión de dolor y discapacidad que me llegaba en relación a la mano; esto sirvió de punto de partida para ver algo maravilloso y verdadero acerca de Dios, que es Espíritu, y acerca de mi perfección como reflejo espiritual de Dios.

Por ejemplo, al revertir el cuadro de la inflamación, razoné que la sustancia del Espíritu no puede inflamarse ni sufrir dolor, porque es incorpórea, indestructible, espiritual, eterna. ¿Qué significa esto para mí? El primer capítulo del Génesis en la Biblia nos dice que el hombre —término que nos incluye a todos— está hecho a imagen y semejanza de Dios, el Espíritu. Puesto que soy la semejanza del Espíritu, tengo la sustancia del Espíritu, no de la materia. Así que en realidad no puedo sufrir de inflamación o deformación.

También revertí el cuadro de la creciente limitación, con la comprensión de Dios como la Vida misma. Vida que es infinita, vigorosa, activa, sin restricciones. Vi que, puesto que el hombre es la expresión plena de esta Vida divina, yo soy una expresión de la Vida divina.

En Ciencia y Salud leemos que los ángeles, o los mensajes de Dios “nos libran de los abismos”, y que es específicamente la tarea del ángel Gabriel “impartir un sentido de la eterna presencia del Amor ministrante” (pág. 567). Debido a que este Amor siempre presente llena todo el espacio, no hay enfermedad para dominar el pensamiento o asustarnos. El Amor Divino es supremo, y sólo podemos sentir y conocer la presencia ministrante del Amor.

Cuando estas maravillosas verdades espirituales llenaron mi pensamiento, perdí todo temor. Al cabo de una semana o dos, mi mano fue restaurada a su aspecto y función normales.

Estoy muy agradecida por esta curación completa y por lo que aprendí sobre el poder y el amor de Dios.

Ann Keeland
San Rafael, California, EE.UU. 

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