Como mucha gente parece luchar con la provisión, quiero contarles una importante curación que tuve sobre el particular hace varios años.
Soy la fundadora y Directora General de una compañía de alcance mundial, y en aquella época estábamos en una etapa de gran desarrollo. Como muchas empresas cuando se inician, necesitábamos juntar capital para poder expandirnos. A muchos empresarios se les enseña que el camino para reunir capital es preparar una presentación, proyecciones financieras, una descripción comercial y luego presentar tu propuesta a los inversionistas potenciales. Muchos amigos empresarios me habían contado que este proceso puede ser agotador y muy desalentador.
No obstante, yo siempre había trabajado con esta idea de Mary Baker Eddy, la descubridora de la Ciencia Cristiana: “Los caminos de Dios no son como nuestros caminos; …” (Escritos Misceláneos 1883–1896, pág. 158). Esta idea con frecuencia me ha guiado a hacer las cosas de una forma aparentemente nada convencional.
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