Cuando era una madre joven con dos niños pequeños, caí en una tristeza y depresión abrumadoras. Sentía que nadie me amaba ni me deseaba, y mi matrimonio estaba en serios problemas. Fue una época en la que deseaba “detener el mundo”, por así decirlo, y bajarme de él. Hacía ya varios años que no iba a la iglesia.
Un día, cuando me sentía totalmente sola, le pedí a Dios que me ayudara. Casi de inmediato me vino este pensamiento: “Asiste a la iglesia esta noche”. Era miércoles, lo que quería decir que había una reunión vespertina de testimonios en la filial de la Iglesia de Cristo, Científico, cercana. Yo siempre había hecho excusas para no asistir a las reuniones de testimonios de los miércoles. Como ese fue un pensamiento tan sorprendente e inesperado, pensé en esto seriamente, y decidí intentarlo. Llamé a una niñera y fui a la iglesia sola esa noche.
Las reuniones de testimonio de los miércoles incluyen lecturas de la Biblia y de Ciencia y Salud con la Llave de las Escrituras, el libro de texto de la Ciencia Cristiana escrito por Mary Baker Eddy. También es una oportunidad para que los asistentes compartan testimonios y cuenten cómo el recurrir a Dios y a las verdades de la Ciencia Cristiana han restaurado la armonía y traído curación. Aquella noche escuché maravillosos testimonios y aprendí cómo oraban otras personas de una forma que yo nunca había conocido antes. Contaron acerca de curaciones que se produjeron, no simplemente pidiéndole ayuda a Dios, sino agradeciendo a Dios por adelantado, por Su guía, amor y cuidado omnipotentes.
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