Relatos de curación
Hace aproximadamente dos años tuve la oportunidad de comprobar y entender mejor lo que dice Mary Baker Eddy en su libro Ciencia y Salud: "Tomad posesión de vuestro cuerpo y regid sus sensaciones y funciones" (pág. 393).
Cuando estábamos por cumplir nueve años de casados, mi esposo y yo hicimos algunos planes para cuando llegara nuestro décimo aniversario. Ambos ya mayores y sin hijos, pensábamos tener una vida tranquila y disfrutar de paseos y de algunos viajes a lugares cercanos que hasta el momento no habíamos podido realizar.
Desde chica había padecido de asma y mi madre me llevaba a cuanto especialista en bronquios le recomendaban. Lo había intentado todo, pero todos esos remedios — inyecciones, vacunas, tratamiento homeopático y nebulizador — sólo me daban un alivio temporario.
Este siglo XXI comenzó bastante ajetreado para nuestra familia. Mi hija tenía serios problemas en el colegio y yo no podía ayudarla, porque, debido a mi trabajo viajaba mucho.
Hace un tiempo, al año de haberme jubilado, comencé a vivir un desorden mental que me llevaba a hacer cosas que no deseaba hacer. Este estado me impedía desarrollar cualquier actividad mental, aun el más simple esfuerzo intelectual.
El niño tenia tres años, cuando de pronto comenzó a ahogarse y a ponerse morado. De inmediato lo llevamos al médico, quien determinó que tenía una arritmia cardíaca.
Cuando yo tenía 3 años, empecé a sufrir de ataques de arritmia. Entonces, mi mamá me llevó al pediatra.
CUANDO SÓLO EL ESPÍRITU SANA TESTIMONIOS DE TODAS PARTES DEL MUNDO Estoy muy agradecido a Dios por esta curación que voy a contar. Una noche jugando al fútbol con mis amigos recibí un fuerte pelotazo en un ojo, estando completamente abierto.
Mientras tomaba un curso de entrenamiento de vuelo militar en Nuevo México, caí seriamente enfermo. Mi sistema digestivo dejó de funcionar y me vino una fiebre muy alta, escalofríos, y no podía mover el vientre.
Por más de 20 años tuve una lucha enorme con una enfermedad estomacal que no cedía con el tratamiento médico. Podía comer muy pocas cosas y lo hacía con cierto to miedo.