
Relatos de curación
Cuando yo tenía 3 años, empecé a sufrir de ataques de arritmia. Entonces, mi mamá me llevó al pediatra.
CUANDO SÓLO EL ESPÍRITU SANA TESTIMONIOS DE TODAS PARTES DEL MUNDO Estoy muy agradecido a Dios por esta curación que voy a contar. Una noche jugando al fútbol con mis amigos recibí un fuerte pelotazo en un ojo, estando completamente abierto.
Mientras tomaba un curso de entrenamiento de vuelo militar en Nuevo México, caí seriamente enfermo. Mi sistema digestivo dejó de funcionar y me vino una fiebre muy alta, escalofríos, y no podía mover el vientre.
Por más de 20 años tuve una lucha enorme con una enfermedad estomacal que no cedía con el tratamiento médico. Podía comer muy pocas cosas y lo hacía con cierto to miedo.
Un domingo iba paseando por el parque con Daniel, mi hijo, que en ese entonces tenía 3 años de edad. Él iba muy feliz corriendo y llevando en sus manos algunos juguetes, cuando de repente tropezó y se cayó.
Mi esposo trabajaba para una empresa transnacional y habíamos vivido en varios países. En ese entonces él era Presidente de la firma en Argentina y Gerente General en Brasil.
Como tengo un taller de costura, por lo general trabajo haciendo y cortando patrones de ropa, y la mayoría del tiempo, estoy sentada a la máquina de coser. Un día, mientras estaba cosiendo, sentí un leve dolor en la región lumbar pero no le presté atención y seguí trabajando.
Cuando empecé a hacer la investigación para mi tesis a fin de terminar mi Maestría, todo a mi alrededor comenzó a derrumbarse. Era invierno y una época de mucho estrés.
Era miércoles y todo el día me había sentido muy angustiada. Esa noche llamé a una practicista quien me consoló con inmenso amor.
Hace un año y medio comencé a sentir un dolor fuertísimo en la cadera. La condición fue empeorando a tal punto que me costaba mucho subir las escaleras hasta mi departamento en un tercer piso, y tampoco podía tomar el transporte público para movilizarme.