Relatos de curación
Estoy muy agradecida por todo lo que el estudio de la Christian Science ha traído a mi vida. Su promesa de que, no importa a qué clase social uno pertenezca, la edad que tengamos o el nivel de estudios que hayamos alcanzado, todos podemos llegar a comprender a Dios, nos ayuda a vencer todo tipo de barreras.
Hace Dos Años tuve la prueba de lo importante que es orar diariamente por uno mismo y por la familia. Habíamos ido a cenar con nuestra hija y nuestros nietitos a un restaurante que tiene un área de juegos para niños.
Hace Dos Años, me costaba mucho caminar porque me dolía un lado de la cadera. Muy pronto me empezaron a doler ambos lados, a tal punto que un día salí con mi hija y tuve que sentarme a descansar mientras ella seguía con las compras.
Todos enfrentamos desafíos en nuestra vida diaria que a menudo se presentan sin previo aviso. En esas ocasiones, tratamos de enfrentarlos con los medios humanos a nuestro alcance.
En El Otoño de 1990 tuve una inflamación muy dolorosa que me impedía sentarme normalmente. A la mitad de la semana, la inflamación se había transformado súbitamente en un molesto forúnculo que ahora ocupaba toda mi atención.
¡Cuánta Gente puede hoy ratificar la eficacia del Padre Nuestro! La idea de un Padre universal que, sin distinción de razas o credos, cuida y protege a cada uno de Sus queridos hijos, ha sido demostrada en innumerables oportunidades. Los programas de televisión y las noticias “rojas” en los periódicos sobre terrorismo, secuestros y crímenes, puede que causen temor a la gente.
Siempre Me han gustado los animales y disfruto mucho la compañía de mi mascota, una perra mestiza que encontré frente a mi casa. Hace un mes, me conmovió ver un perrito abandonado, enfermo y temblando frente a una puerta.
Hace aproximadamente 8 años, tenía problemas con mi visión. Cuando quería buscar un número telefónico tenía que hacerlo al rayo del sol, y por la noche al manejar en la ruta, me costaba trabajo ver la línea blanca del pavimento.
Soy Corredor de maratones, y a principios del año pasado empecé a tener mucha dificultad al correr, ya que uno de mis pies me dolía continuamente. Una noche mi esposa me dijo: "¡Deja que el libro sea tu médico!"; con esto ella quería decir que yo debería leer Ciencia y Salud, porque en él seguramente encontraría exactamente el mensaje que necesitaba.
Me Levanto mucho más temprano que mi esposo, por lo que evito prender la luz para no despertarlo. Una mañana, me golpeé con fuerza contra una puerta que rara vez se cierra.