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Relatos de curación

Sana al dejar de culpar

En una ocasión se acercaban las fiestas navideñas y mi hijo que vivía en Italia, me pidió que le mandara unos artículos por correo que estaban empacados en unas cajas grandes. Era cerca de medianoche cuando entré en el pequeño cuarto para buscar los artículos.

»Heather No sentí más dolor en el pecho

Hace dos años fui a un campamento de verano en Colorado, y tuve una hermosa curación. Era mi primer día en el lugar y planeaba participar en una prueba con cuerdas.

» Flávia Ya no tenía esa sensación de debilidad

Una noche, cuando estaba con mi familia en un hotel de la campiña francesa, comencé a sentirme muy débil, me dolía la cabeza y tenía fiebre. Ni bien comencé a sentir estos síntomas, mi madre me dijo que oraría mí.

» Euphresia El orzuelo desapareció

Ocurrió un miércoles por la mañana cuando mi mamá me despertó para ir a la escuela. Tenía un orzuelo en el ojo izquierdo que me dolía mucho.

«María Alejandra El accidente no dejó huella

Hace Unos meses estaba paseando en bicicleta por la ciudad junto a mi mamá cuando, al intentar bajar, tropecé y caí con fuerza golpeándome la cara contra el hormigón de la calle. Tuve muchísimo miedo porque pude oír cómo se quebraban los huesos, y la nariz comenzó a sangrar de inmediato, tanto por fuera como por dentro, debido a las heridas.

»Tine Nada alteró mi belleza

“¡Iba volando y no me podía detener!” Una tarde, mi prima Mónica y yo fuimos a patinar cerca de mi casa. De pronto nos encontramos con una enorme bajada.

» Amy Recuperé mi alegría y mi peso

Hace dos años me fui de viaje, mochila al hombro, con mi papá a California. Fue fantástico.

Aliviada de problemas gástricos

Hace Ya Diez años que estudio la Christian Science, y estoy agradecida por muchas curaciones que he tenido. Pero lo que más agradezco es saber que Dios, el Amor divino, está siempre presente.

Sana de amigdalitis

Cuando Empecé a estudiar la Christian Science me sentía muy entusiasmada, porque percibí que era un mensaje de Dios para la humanidad. Empecé a asistir a los servicios religiosos en la iglesia y una noche escuché un testimonio precioso que me llevó a pensar que Dios también me podía sanar a mí.

Una rápida curación de difteria

Durante la Primera Guerra Mundial, mi padre fue dado de baja en el ejército por que, al explotar una bomba, se le había roto un tímpano y estaba imposibilitado para mantenerse en servicio. Pasó los años siguientes probando cuanto tratamiento médico y cuanto medicamento podía encontrar para curarse, pero todo fue en vano.

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

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