Relatos de curación
Un día fui a que me tiñeran el cabello, como lo he hecho desde hace años. Cuando el peluquero me puso la tintura, sentí que me quemaba el cuero cabelludo.
Una mañana cuando me levanté, me quedé horrorizada al verme en el espejo. Tenía el rostro totalmente desfigurado.
Soy corredor de maratón. A principios del año pasado comenzó a dolerme un pie en forma continua, lo que me ocasionaba dificultades para correr.
Una noche llegué a casa de la universidad y me serví la comida como hago habitualmente. Mientras comía sentí como si me cortaran la garganta.
Hace Muchos años, llegó a mis manos un pequeño libro al que no le presté mayor atención. Lo leí un poco al principio, pero luego lo dejé de lado, aunque ahora reconozco que algunas de sus ideas habían entrado en mi conciencia.
Conocí la Christian Science cuando tenía cinco años. En aquel entonces yo no comía casi nada.
Cuando nuestra hija menor estaba por nacer, en 1998, llevé a mi esposa a una clínica de maternidad, situada a unos dos kilómetros del lugar donde vivimos. La dejé allí alrededor de las nueve de la noche y regresé a casa.
Conocí la Christian Science estando muy enferma. Padecía de una dolencia al estómago, y de tantas otras dolencias que no sabría por dónde empezar a relatar.
Hace aproximadamente seis meses tuve una curación durante un servicio religioso en mi iglesia filial de Cristo, Científico. Ese domingo estuve con deseos de no asistir ya que tenía un dolor muy fuerte que casi me impedía caminar.
Un Fin de semana mi sobrino fue asaltado por cuatro delincuentes. Mi madre y mi hermana lo auxiliaron y lo llevaron al hospital.