Relatos de curación
Afines de los años ochenta, mi esposo tuvo una gran amistad con un colega que era Científico Cristiano. Y en aquel tiempo empezó a asistir a los servicios dominicales realizados por la Sociedad de la Christian Science en la ciudad en que vivimos, y mi hijo asistió a la Escuela Dominical.
Cuando Mi Esposo se fue de casa dejándome con 4 hijos, la menor de ellos de 6 meses y el mayor de aproximadamente 8 años, tuve que hacerme cargo de todos los gastos de alimentación, vestuario y educación. En vez de enfrentar el problema de una manera sabia, "ahogué", por así decirlo, todos los sentimientos de frustración, desengaño, amargura, dolor, soledad e impotencia, que parecían apoderarse de mí.
Hace Poco tuve un dolor de cabeza acompañado de mareos, que me hacía sentir muy mal y no me permitía trabajar normalmente. Comencé a orar para saber que esta condición no era parte de mi verdadero ser, ya que la expresión espiritual de Dios no puede ser discordante en ningún aspecto.
Conocí la Christian Science a través de El Heraldo de la Christian Science. La definición que la Sra.
Nací En Alemania y mis papás no tenían religión, pero yo estuve siempre buscando a Dios. Conocí la Christian Science cuando vine a México, recién casada, y una amiga me prestó el libro Ciencia y Salud.
Un día sentí un dolor terrible en la pierna izquierda y noté que su apariencia no era normal. De inmediato declaré que no hay dolor en la Verdad, por lo tanto, no podía haber verdad en el dolor, y por esa misma razón mi pierna no podía estar dolorida.
Quiero expresar mi gratitud por la hermosa curación de mi hija. Cuando se enfermó, una de las cosas que tuve que eliminar fue el sentido de responsabilidad que me angustiaba, puesto que mi mamá y mi papá (a quienes a menudo les pido apoyo con su oración) iban a estar fuera.
Cuando criamos a nuestros tres hijos, resolvimos todos los desafíos que enfrentábamos, como bajos ingresos, problemas de relación y enfermedades, por medio de lo que comprendíamos de la Christian Science. En marzo de 1998, me caí y parecía que me había roto un hueso de la pierna; no podía estar de pie ni caminar.
Desde joven fui una persona insegura y temerosa. Sumado a que mi familia estaba pasando por muchas dificultades, entre ellas, una mala situación económica, todo esto me hacía sentir muy infeliz.
Hace Unos Años , cuando mis hijas eran pequeñas, solíamos pasar las vacaciones en una playa aislada y lejana. Para llegar a ese lugar, había un solo camino y no estaba pavimentado.