Editoriales
Algunas veces la curación física viene con bastante facilidad, mediante sencillos pensamientos o percepciones espirituales. Probablemente usted mismo haya tenido tales curaciones o haya leído sobre ellas.
En lo más profundo del corazón hay un anhelo por algo más substancial que el brillo y el encanto que el mundo ofrece. Probablemente muchos lo hayamos sentido en algún momento de nuestra vida, quizás hasta con frecuencia.
¡Cuán provechoso puede ser el ejemplo de la vida de Cristo Jesús al mostrarnos lo que la comprensión de la Verdad puede hacer por la humanidad! Más que una mera advertencia para que seamos buenos, puros, amables y útiles para con los demás, su vida demuestra profundas verdades metafísicas. Si aceptamos que estas verdades conciernen a todos sus seguidores, como también a él, se verá que nuestra habilidad para demostrar la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) fluye de Dios Mismo, el Espíritu.
La curación cristiana impone severas exigencias al sanador. ¡Espere! ¡No deje de leer! Lo interesante es que el aceptar estas exigencias no hace las cosas más difíciles.
La comprensión correcta de que la sustancia es Espíritu, y no materia, puede conducir a que se restaure en la vida humana todo lo que nos sea de veras necesario. Cristo Jesús y sus discípulos demostraron en forma cabal la premisa de que el Espíritu es la única sustancia, cuando restauraron la salud a los enfermos por medios espirituales solamente.
A veces la gente enfrenta en su vida períodos cuando las cosas parecen casi irremediables. El pesar, la depresión, las pérdidas personales, la separación de un ser querido, todo esto puede pretender establecerse en nuestro corazón como un invierno verdadero.
Para desarrollar la habilidad para curar por medio de la Ciencia Cristiana Christian Science (crischan sáiens) , es esencial comprender claramente puntos metafísicos importantes. Uno de esos puntos concierne a la pregunta: “¿Es el temor la causa de la enfermedad y el malestar?” Mary Baker Eddy dice muy claramente que sí.
Con frecuencia, la vida de la gente parece estar tejida por los telares del pasado. Parece que el lugar donde una persona ya ha estado en su experiencia humana, determina el curso que debe seguir para llegar al lugar a donde se dirige.
En la escena humana, los individuos y las naciones puede que compitan entre sí y se clasifiquen a sí mismos de acuerdo con la fuerza que, con frecuencia, está en desacuerdo con la paz. Pero, ¿dónde está realmente la fuerza? ¿En los músculos? ¿En la riqueza? ¿En los números? ¿En los armamentos? El libro de texto de la Ciencia Cristiana, Ciencia y Salud por la Sra.
La gente no siempre asocia la libertad con la afiliación a la iglesia. Algunos sienten todo lo contrario: que se restringe severamente la libertad de hacer lo que quieren cuando toman parte en las actividades de instituciones y organizaciones.