La televisión trae a nuestra propia mesa el hambre del mundo y sus muchos problemas. ¿Y quién no desea encontrar un camino para ayudar a solucionar los conflictos raciales, de hambre, de niños desaparecidos o de brutales opresiones? Hay suficientes problemas como para llorar a mares.
Pero cuando llega el momento de encontrar soluciones para estos males de gran magnitud, mucha gente piensa que la religión no es práctica, a menos que apoye los métodos convencionales mundanos.
Este no es el punto de vista de la Biblia. Cuando leemos las Escrituras, no podemos dejar de sentir la esperanza de que una mayor obediencia al único Dios aporta soluciones, no sólo en base individual, sino en una escala sorprendentemente amplia. ¡Y es obvio que los escritores de la Biblia tenían un concepto muy amplio de Dios!
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