" Bienaventurados los que lloran," dijo Jesús en la segunda beatitud, "porque ellos serán consolados. " El probó esta declaración con muchos ejemplos registrados en la Biblia y nos legó la promesa de que nosotros haríamos aún mayores obras que las que él hizo.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!