Skip to main content Skip to search Skip to header Skip to footer

Hace unos veintiseis años que un amigo me vió sufriendo mucho a causa...

Del número de julio de 1947 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Hace unos veintiseis años que un amigo me vió sufriendo mucho a causa de una serie de hinchazones, que por fin me llevaron a la cama. Los médicos me habían dicho que me tendrían que operar dentro de breves días. Fué entonces que mi amigo me habló de la Christian Science y la manera en que esta religión había beneficiado tanto a su familia como a él.

Inmediatamente me interesó como una religión de Amor, y comprendí que, puesto que Dios es enteramente bueno, el mal no puede ser real ni tener poder. Una practicista fué llamada y vino desde muy lejos para verme. Sus explicaciones eran tan claras que al punto decidí ponerme enteramente en sus manos, convencido de que la Verdad operaría en mi favor; lo que tuvo por resultado mi inmediata curación. Me levanté de la cama y al día siguiente ya pude ocuparme de mis negocios.

Desde aquel entonces la Christian Science, la Ciencia del Cristianismo, ha suplido todas mis necesidades. Me ha traído buenos amigos y buena salud, y me ha capacitado para ayudar en cierto grado a otros a librarse de la esclavitud del temor.

Durante mucho tiempo sentí que un hueso de la mano estaba dislocado. Presentaba un aspecto muy desagradable, pero como no sentía dolor, me preocupé poco del asunto, aunque mis amigos me lo recordaban con insistencia. Mientras estuve ayudando a otra persona sobre el problema de la falta de empleo, encontré de mucho provecho un pasaje de un testimonio de curación que aparece en la página 444 de la obra Miscellaneous Writings (Escritos Misceláneos) de Mrs. Eddy, y que dice, en parte, como sigue: "¡Que bendición es saber ... que el Principio divino gobierna a todas sus ideas, y que colocará a cada una de ellas en el lugar que le pertenece!" La persona a quien yo ayudaba encontró empleo enseguida, y sin ningún otro trabajo metafísico de mi parte, el hueso a que ya me he referido volvió a su lugar. Basándonos en el hecho de que la creación es perfecta, debiéramos esperar tales resultados como cosa natural.

Siempre seguiré muy agradecido a Dios, y a nuestra Guía, Mary Baker Eddy, quien consagró su vida a descubrir la verdad que, según la promesa del Maestro, nos hace libres.—

Para explorar más contenido similar a este, lo invitamos a registrarse para recibir notificaciones semanales del Heraldo. Recibirá artículos, grabaciones de audio y anuncios directamente por WhatsApp o correo electrónico. 

Registrarse

Más en este número / julio de 1947

La misión del Heraldo

 “... para proclamar la actividad y disponibilidad universales de la Verdad...”

                                                                                                          Mary Baker Eddy

Saber más acerca del Heraldo y su misión.