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Siendo estudiante de la Christian Science y miembro de La Iglesia Madre...

Del número de julio de 1947 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Siendo estudiante de la Christian Science y miembro de La Iglesia Madre y de una de sus ramas, he leído con mucho interés los múltiples testimonios provechosos que se van publicando en nuestros periódicos. A todos estos yo quisiera agregar el mío.

Cuando yo era muy niño, sufría de muchas de las dolencias de la niñez, y se me consideraba como una criatura delicada. En aquel entonces mi madre fué atraída a la Christian Science. Muy pronto encontró que el estudio del libro de texto, "Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras" por Mary Baker Eddy, así como el estudio de las Escrituras, a la luz de las enseñanzas de la Christian Science, le capacitó para resolver los problemas que se le iban presentando. También recibió curaciones físicas, algunas de las cuales fueron instantáneas. Encontró además que a medida que aumentaban sus conocimientos de la Christian Science, no solamente se podía ayudar a ella misma sino también a los demás. De ahí en adelante, mi salud empezó a mejorar y muy pronto dejé de tomar medicinas y ya no consulté más con los médicos. Sin embargo, no me dí buena cuenta de las posibilidades de esta Ciencia sino después de haberme repuesto con rapidez de un accidente.

Fuí lastimado en una rodilla, y el cirujano declaró que de no practicarme una operación, quedaría lisiado para siempre. Gracias a la Christian Science, me fué posible renunciar la operación y volver a mis acostumbrades actividades dentro de muy poco tiempo, desapareciendo por completo toda señal del daño sufrido. Desde entonces he podido comprender que cuando las enseñanzas de la Christian Science son debidamente comprendidas y aplicadas, esta Ciencia sana todo malestar o enfermedad física, aun la que se haya pronunciado incurable.

En resumen, la Christian Science enseña que Dios es bueno; que la enfermedad debe ser clasificada como el mal, el cual Dios, el bien, ni crea, ni se la manda al hombre. Por medio de la Christian Science, se ha cumplido en mi vida aquella promesa de Jesús que dice: "Conoceréis la verdad, y la verdad os hará libres", pues me he visto libre de continuos catarros, dolores de cabeza y náuseas. También me ha sido posible dejar de preocuparme en cuanto a lo que como, la ropa que visto, y mis actividades. Por otro lado, he podido llevar una vida más normal, saludable y útil. Una vez, al caer de un muro, me lastimé el tobillo tan gravemente que no me podía quedar de pie. Permanecí quieto unos cuantos momentos, declarando las verdades que enseña la Christian Science. Afirmé que por la misma razón de que Dios no se puede lastimar con un accidente, tampoco puede el hombre, que está hecho a Su imagen y semejanza, y que por lo tanto yo no estaba sufriendo sino de una creencia en un poder y una presencia aparte de Dios, que El no había creado ni causado. A los diez minutos me fué posible participar en un juego de tenis y a poco rato todo vestigio de dolor o inflamación desapareció, sin que hubiese tenido que descansar el tobillo, ni acudir a ningún remedio material.

No obstante, para el estudiante de la Christian Science hay bendiciones muy superiores a las de las curaciones físicas. Por mi parte, yo encuentro que el estudio y la aplicación de la Christian Science elimina progresivamente los malos hábitos y las malas inclinaciones del carácter, reemplazando la impureza con la pureza, el engaño con la honradez, el temor con la esperanza y el valor, el resentimiento y la crítica con la bondad y la tolerancia; y mejorando siempre nuestras capacidades mentales y nuestras perspectivas.

La Christian Science se está haciendo cargo primeramente de mis necesidades espirituales, y a consecuencia de ello, he encontrado que todas mis necesidades materiales se están cumpliendo de una manera sencilla y natural, ya se trate de un empleo mejor y más útil, relaciones más provechosas, buena salud o la provisión.

Como consecuencia del reciente conflicto mundial, ha cambiado mucho mi modo de vivir, tal como le ha sucedido a muchas otras personas. Sin embargo, he encontrado que el poder sanador y protector de la Christian Science es capaz de solucionar todo problema, por grave que sea, y aun en el mismo frente de batalla. Nunca puedo expresar en palabras mi gratitud a Dios por habernos dado a Mary Baker Eddy, quien nos ha descubierto la Christian Science, que ha revelado el Principio divino de las enseñanzas prácticas de Jesús en su forma original, volviendo a ofrecer al mundo, tal como él lo hizo, una salvación actual del pecado, la enfermedad y la muerte.

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