Mi apreciación cada vez mayor de nuestra Guía, Mary Baker Eddy, y de todas las actividades de la Christian Science, me alienta a expresar mi gratitud por las muchas bendiciones que he recibido desde que me puse a estudiar esta Ciencia. Por su medio he sido purificada y regenerada, gozando de una mayor comprensión de Dios, del hombre y del universo, así como de salud, placeres legítimos, alegría y muchas buenas amistades.
Hace más de veinticinco años que el poder curativo de la Christian Science me llamó la atención de una manera convincente, cuando mi madre se curó de cálculos biliares, después que varios médicos eminentes la habían desahuciado. Estos médicos creían que sólo una operación la salvaría, pero antes de someterse a los preparativos para la misma, ella se decidió hablar con una practicista de la Christian Science. La practicista le hizo comprender que Dios es Todo en todo y que por consiguiente la materia no es nada, a lo que la enfermedad desapareció. La cura resultó permanente.
Tres meses después contraje un fuerte catarro, padecimiento crónico que siempre era seguido de mal de garganta y anginas. Pasados unos días, llamamos a la misma practicista, quien me recomendó que leyese la "declaración científica del ser", que aparece en la página 468 de la obra de Mrs. Eddy, Ciencia y Salud. Al leer esta declaración, sentí una gran tranquilidad. Luego me dormí y cuando desperté estaba completamente libre y sana.
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