Mi apreciación cada vez mayor de nuestra Guía, Mary Baker Eddy, y de todas las actividades de la Christian Science, me alienta a expresar mi gratitud por las muchas bendiciones que he recibido desde que me puse a estudiar esta Ciencia. Por su medio he sido purificada y regenerada, gozando de una mayor comprensión de Dios, del hombre y del universo, así como de salud, placeres legítimos, alegría y muchas buenas amistades.
Hace más de veinticinco años que el poder curativo de la Christian Science me llamó la atención de una manera convincente, cuando mi madre se curó de cálculos biliares, después que varios médicos eminentes la habían desahuciado. Estos médicos creían que sólo una operación la salvaría, pero antes de someterse a los preparativos para la misma, ella se decidió hablar con una practicista de la Christian Science. La practicista le hizo comprender que Dios es Todo en todo y que por consiguiente la materia no es nada, a lo que la enfermedad desapareció. La cura resultó permanente.
Tres meses después contraje un fuerte catarro, padecimiento crónico que siempre era seguido de mal de garganta y anginas. Pasados unos días, llamamos a la misma practicista, quien me recomendó que leyese la "declaración científica del ser", que aparece en la página 468 de la obra de Mrs. Eddy, Ciencia y Salud. Al leer esta declaración, sentí una gran tranquilidad. Luego me dormí y cuando desperté estaba completamente libre y sana.
También he sido sanada del estómago y de los nervios, y he podido vencer la aflicción, la escasez y muchos otros errores. Con cada una de estas curaciones ha aumentado mi deseo de poseer más comprensión y sabiduría. Por medio del estudio consagrado de las obras de Mrs. Eddy, he podido comprender que la salud y la felicidad son hechos eternos que se pueden demostrar a medida que espiritualizamos los pensamientos.
En su obra Ciencia y Salud (pág. 275), Mrs. Eddy ha escrito: "El punto de partida de la Ciencia divina es, que Dios, el Espíritu, es Todo en todo, y que no hay otro poder ni otra Mente,—que Dios es Amor, y que por tanto es el Principio divino. Para comprender la realidad y el orden del ser en su Ciencia, tenéis que empezar por considerar a Dios como el Principio divino de todo lo que existe realmente. El Espíritu, la Vida, la Verdad y el Amor se combinan en uno,—y son los nombres bíblicos de Dios."
Bien podemos regocijarnos, sin temor alguno, de que no necesitamos aceptar el testimonio de los sentidos materiales. Cuando rechazamos este testimonio, por el hecho de que contradice la omnipotencia y el amor de Dios, siempre presentes y asequibles, inmediatamente nos sanamos de cualquier condición discordante. Una vez rechazado, el falso testimonio dejará de manifestarse, pues el temor se habrá vencido. Me siento muy agradecida por haber podido probar estas grandes verdades.
Nunca puedo expresar en palabras mi gratitud a Dios por todo lo que nuestra Guía ha hecho por el mundo, con esta Ciencia que tan claramente nos ha explicado. Estoy agradecida a Cristo Jesús, nuestro Mostrador del camino y a los fieles practicistas que nos ayudan en nuestra marcha. Honda es mi gratitud por las muchas bendiciones que me vienen diariamente, por el hecho de ser miembro de La Iglesia Madre y por el privilegio de ser útil en una de sus ramas.
También estoy agradecida por haber tomado un curso de instrucción en una clase autorizada de la Christian Science, lo cual me está capacitando para resolver los problemas que se me presentan y para vencer las dudas y perplejidades que encuentro en mi camino. Mi oración es: "Tú pues, oh Jehová, no retires de mí tus piedades; guárdenme siempre tu misericordia y tu verdad."
Jacksonville Beach, Florida, E.U.A.
