En el Glosario de la obra "Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras" (pág. 585), nuestra venerada Guía, Mary Baker Eddy, nos da la siguiente definición de "Elías": "Profecía; pruebas espirituales, opuestas a los sentidos materiales; la Christian Science, con la cual puede percibirse la realidad espiritual de todo aquello que los sentidos materiales perciben; la base de la inmortalidad." Este claro exponente de la función de la Christian Science y de los frutos que rinde, demuestra que el estudiante de esta Ciencia se debiera empeñar en convertir en realidades espirituales "todo aquello que los sentidos materiales perciben."
Ahora bien, los sentidos materiales contemplan una infinidad de cosas. Algunas de ellas se consideran buenas y otras malas, pero en ambos casos se tiene que percibir la realidad espiritual acerca de las mismas, puesto que el concepto material del bien no es más verídico que el concepto material del mal, aunque por cierto a veces resulta más difícil descubrirlo y desenmascararlo.
El "árbol del conocimiento del bien y del mal" no se menciona en el primer relato de la creación, donde todo fué declarado "muy bueno"; es decir, bueno, por asemejarse a Dios. No fué sino en el segundo relato de la creación que apareció el "árbol del conocimiento del bien y del mal." Y fué esto lo que la serpiente recomendó como "el árbol deseable para alcanzar sabiduría." Cuando nos vemos tentados a aceptar como real aquello que pretendería ser el buen fruto del árbol, nos conviene recordar que éste crece en la misma rama y surge de la misma raíz que el fruto que se llama el mal. El Científico Cristiano siempre se esfuerza por abstenerse de tomar el fruto de este árbol mitológico. El sabe que tiene que rechazar el testimonio de los sentidos materiales, en lugar de clasificarlo ya sea como algo susceptible de ser digno y bueno, o como cosa indiscutiblemente mala. El Científico Cristiano no debiera temer evaluar todas las cosas como es debido. Todo lo que se presente como el testimonio de los sentidos, necesita ser iluminado con la luz de la Christian Science hasta que se perciba la realidad espiritual correspondiente. El propósito continuo de todo Científico Cristiano es convertir las creencias materiales, que aparentan ser tan reales, en aquello que es verdad inmutable, hasta que la creencia desaparezca por completo ante la percepción de la idea espiritual.
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