Siento mucha gratitud por el privilegio de ser testigo de la Verdad, y espero que otras personas puedan recibir algún beneficio de las experiencias que yo he tenido.
Hace más de seis años que mis entradas se agotaron. Aunque se me había dejado cierta cantidad de dinero, me dí cuenta que tendría que invertirlo con prudencia, pues tenía una hija en la escuela secundaria y me era muy necesario contar con alguna entrada.
Me siento muy agradecida de que desde el principio tenía la seguridad de que el camino se me abriría, ya que estaba dispuesta a hacer cualquier trabajo que fuera propio. Mi cariñoso interés por el bienestar de aquella criatura me indujo a abandonar el pequeño pueblo donde había residido durante muchos años, para mudarme a la ciudad, en donde, ayudada por la Christian Science, conseguí invertir el dinero de una manera prudente y que me permitió rehacer mi hogar y recibir entradas lo suficiente para todas mis necesidades.
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