Cuando yo tenía más o menos doce años de edad, mi madre se encontraba muy enferma, teniendo que guardar cama durante dos años. Una noche cuando parecía que sólo le quedaban pocos días de vida, llamamos a nuestro pastor, y él y mi padre discurrieron sobre el método de curación empleado por Jesús, pero llegaron a la conclusión que ese método sólo tenía aplicación para la época del Maestro.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!