La Christian Science me ha capacitado para obedecer el mandato de Pablo (Rom., 12:2): "Transformaos, por la renovación de vuestra mente." Al principiar mis estudios en la Christian Science fuí sanado de varias dolencias físicas, incluso de continuas jaquecas, influenza, una enfermedad de la piel y una propensión a los catarros y dolores de garganta, además del hábito de fumar. Desde aquel entonces he disfrutado de la protección que nos ofrece la Christian Science y me he visto casi libre de toda enfermedad. En las muy pocas ocasiones en que se han presentado los primeros síntomas de alguna enfermedad, estos han sido vencidos eficazmente mediante la rápida aplicación de las reglas fijadas en el libro de texto de la Christian Science, "Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras", por Mary Baker Eddy.
He podido obtener una perspectiva completamente nueva de la vida y sus actividades, y muchas dificultades en los negocios se han resuelto de una manera imprevista por medio de la Christian Science. He percibido que en el grado en que he podido mantener en el pensamiento la verdad de que el hombre existe como la expresión de Dios, y que mi único y eterno empleo consiste en ser testigo de la Verdad, mi medio ambiente ha mejorado y se me han presentado mayores oportunidades.
Durante los recientes años de guerra, la Christian Science me ha sido especialmente útil. En medio de tantas inseguridades diarias, la tensión mental y los bombardeos nocturnos, el conocimiento de la realidad espiritual que la Ciencia divina me ha proporcionado ha sido un báculo en que apoyarme.
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