La primera vez que oí hablar de la Christian Science me hallaba en Wáshington, Distrito de Columbia. Recientemente había sido dada de alta de un hospital, pero me sentía cada vez más enferma.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!