Puede ser que nos sintamos tentados a creer, lamentándonos, que vivimos en una era difícil. Con todo, lo presente tiene bien marcadas ventajas sobre lo pasado. Un reconocimiento agradecido de ésto facilitará que aprovechemos las amplias oportunidades de hoy día y que resolvamos sus problemas.
Es verdad que hace miles de años el mundo no se veía amenazado con armas de guerra modernas. Pero tampoco tenía el ejemplo de Cristo Jesús. Su magna obra de reconciliación, su demostración de que el bien es más potente que el mal y el gozo que el dolor, su curación espiritual de la enfermedad y la regeneración del carácter, su vencimiento de la muerte eran entonces cosas del porvenir. Hoy disfrutamos el beneficio de tan gloriosa carrera y experimentamos su consuelo e inspiración.
El siglo pasado la Christian Science trajo a la humanidad otra vez el poder de la verdad para curar que Jesús enseñaba. En el año de 1866 Mary Baker Eddy, la Descubridora y Fundadora de la Christian Science, al estudiar su Biblia en actitud de oración percibió que las obras portentosas de Jesús eran el resultado de la ley espiritual y científica y que, por lo tanto, podían repetirse en todos los tiempos. Así lo demostró curándose ella misma y a otros por medios únicamente espirituales y enseñó a sus estudiantes a hacer lo mismo. Con objeto de que todos pudieran entender y aprovechar tal ley espiritual, la expuso juntamente con el método para utilizarla en el libro de texto, “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras.”
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