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Seguridad verdadera

Del número de enero de 1953 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Hoy que los hombres y las naciones claman tanto por la seguridad, conviene considerar seriamente: ¿Qué es seguridad y dónde encontrarla? Seguridad es la certitumbre de que se está a salvo, la certeza de estar libre de ansiedad y destrucción. Mary Baker Eddy escribe en “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” (pág. 232): “Sólo en la Ciencia divina se encuentran garantías para los derechos del ser armonioso y eterno.” Luego la seguridad se halla en la comprensión de la Christian Science
Nombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”. que enseña la verdadera relación entre el hombre y Dios. Pero ¿en qué consiste esta relación verdadera, y dónde se halla? Consiste en la unión entre Dios y el hombre, entre el Principio y su idea. Cuando se le busca en el Principio, la seguridad verdadera es siempre asequible y está establecida a perpetuidad. La humanidad tiene derecho a la seguridad, pero sólo como corolario de buscar primeramente la correcta comprensión de Dios, por ser una de las cosas que se dan por añadidura, como prometió Cristo Jesús a los que buscaran primeramente el reino de Dios y Su justicia.

Cuando nos dedicamos al estudio de la Christian Science, lo primero que aprendemos es que Dios no es un ser corpóreo: Es Espíritu omnipotente, omnipresente y omnisciente. Ni es tampoco el hombre un ser corpóreo que depende de la materia para su vida y actividad. Aprendemos que el hombre es la imagen y semejanza espiritual del Dios que es Espíritu. El hombre es perfecto, proque su fuente u origen es perfecto. Por poca que sea la comprensión de la verdadera naturaleza de Dios y de Su idea espiritual que es el hombre, ya comienza a disipar el temor y a orientar hacia la comprensión del verdadero significado de la seguridad.

Pero cuando la gente llena su mente de creencias de que hay peligro, carencia, temor, desaliento u otros males, éstos tienden a manifestarse en su experiencia humana. Urge, pues, eliminar de la consciencia de los hombres todos esos falsos pensamientos, reemplazándolos con pensamientos de confianza en vez de temor, de seguridad en vez de duda, de abundancia en vez de carencia, de fuerza en vez de debilidad, de amor en vez de odio. Escribe Mrs. Eddy (The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany, p. 210): “Amados Científicos Cristianos, tened la mente siempre tan llena de Verdad y de Amor que ni el pecado ni la enfermedad ni la muerte puedan entrar en ella. Es claro que no se puede añadir nada a la mente ya llena. No hay por donde pueda meterse el mal ni espacio que pueda ocupar en una mente llena de bondad.” Y añade: “Los buenos pensamientos son una armadura impenetrable; revestidos con ella estáis completamente escudados contra los ataques de toda clase de error. Y no sólo estaréis a salvo vosotros mismos, sino que así beneficiaréis a todos en quienes penséis.”

También hay que precaverse contra una falsa impresión de seguridad, contra la complacencia cuando hay que estar alerta a algún peligro inminente. Una ayuda potente para que uno se mantenga alerta consiste en estudiar meditativa y frecuentemente el Salmo 91. “El que habita en el retiro del Altísimo, morará seguro bajo la sombra del Omnipotente.” Cuando uno lee estas palabras reflexionando, se pregunta naturalmente: “¿Cuál es ese retiro en el que puede uno morar?” Tal retiro, o lugar secreto, es la comprensión del cuidado constante que Dios tiene de Su creación, y no hay temor de espanto nocturno ni de duda, ni de saeta de hablillas, calumnias ni críticas falsas, ni pestilente creencia de enfermedad o destrucción que puedan tocar a quien habite siempre en este retiro.

No importa que parezca que unos pasen por dificultades de naturaleza física, o que otros estén imbuidos en empeños y hábitos pecaminosos; ésto no desanima a quien se mantenga sereno y confiado en la omnipresencia del Amor divino. Puede estar seguro de que, mediante la Christian Science, la humanidad conocerá con el tiempo la Verdad que sana y será redimida tanto de sus enfermedades como de sus pecados.

Los ángeles de Dios, Sus pensamientos, sostendrán y ampararán a quien así more contra todo desastre, y las mesméricas sugestiones del miedo serán extirpadas de su consciencia. Por cuanto su pensamiento se centraliza en el Amor divino, ganado ha una comprensión de lo que constituye oración verdadera. Nunca puede perder la seguridad verdadera mientras su hogar mental esté lleno de gozo y gratitud a Dios por Sus grandes dádivas a la humanidad. Meros planes humanos son incapaces de proveer seguridad real, puesto que ésta se basa en el hecho de que el hombre es inmutable en Dios. Leemos en Proverbios (3: 5, 6): “Confía en Jehová con todo tu corazón, y no te apoyes en tu mismo entendimiento: tenle presente en todos tus caminos, y él dirigirá tus senderos.”

Tampoco puede hallarse la seguridad verdadera en una acumulación de materia por más deseable o útil que nos parezca, sino en una comprensión demostrable de Dios y la relación espiritual invariable del hombre para con Dios. El devoto estudio cotidiano de las Lecciones-Sermones que contiene el Cuaderno Trimestral de la Christian Science y la lectura con reflexión de quien ora al leer así las publicaciones periódicas y demás literatura autorizada de la Christian Science, son medios eficientes para proteger nuestra morada mental y lograr la serenidad, confianza y certeza espirituales de la inalterable asequibilidad del Amor divino bajo todas circunstancias.

En el Himnario de la Christian Science encontramos estas útiles y alentadoras palabras (No. 171):

Al contacto sanativo
   de la Vida que es Verdad,
hay asilo protectivo
   que es de Amor seguridad.
En Espíritu cifrados,
   no en lo mundano procaz,
de egoísmo así librados,
   Cristo viene a darnos paz.

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