Estoy tan verdaderamente agradecida a Dios por la Christian Science y por todo lo que ha hecho por mí, que deseo dar este testimonio. Mi primera curación fué de una enfermedad del corazón que me venía molestando desde mi infancia. Los doctores le habían advertido a mi madre que había que mantenerme muy quieta. Al oír de la Christian Science comencé a ir a la Escuela Dominical de ella en la ciudad en que vivíamos entonces.
Pronto aprendí de memoria “la declaración científica del ser” que se halla en la página 468 del libro de texto, “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy. Poco después, al ir yo de toda prisa a hacer un mandado cierto día, sufrí un ataque doloroso del corazón. Allí me detuve, y utilicé las verdades que había aprendido en “la declaración científica ser.“ Inmediatamente se me quitó todo el dolor; desde entonces y hasta hoy día he quedado libre de esos ataques.
Sufrí de hinchazón en los pies por muchos años. Al visitar por primera vez a una practicista de la Christian Science me sentí conosoladamente bien seguida. También me ayudó este texto bíblico (Salmo 18:33): “Hace mis pies ligeros, como de gacelas, y me hace estar firme sobre mis alturas.” Más tarde sané de esto completamente cuando obedecí la amonestación que se me hizo de que me abstuviera de platicar de mi mal a los que conversaran conmigo. Al mismo tiempo sané de mi temor de llegar a perder mis amistades posiblemente. Aprendí que cuando la amistad se funda en la roca que es Cristo, la Verdad, no puede perderse, sino que crece del mismo modo que todo gozo lícito.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!