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Como señal de gratitud por los testimonios...

Del número de octubre de 1957 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


Como señal de gratitud por los testimonios de curaciones y del efecto regenerador de la Christian ScienceNombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es "Ciencia Cristiana". que aparecen en los periódicos autorizados, deseo con todo júbilo relatar las siguientes experiencias.

La semilla de espiritualidad sembrada en mi pensamiento por mis padres, sólo halló su crecimiento cuando la Christian Science fué persentada a nuestro hogar por una tía que había sido sanada de tuberculosis cuando ya uno de los pulmones estaba completamente perdido. Su curación se llevó a cabo simplemente mediante la lectura de Ciencia y Salud por Mrs. Eddy.

Curaciones físicas tales como dolores de cabeza crónicos, tonsilitis y fiebre tifoidea, cedieron prontamente mediante el trabajo de una practicista. Pero en realidad no pude comprender el poder curativo de la Christian Science hasta que no me convertí en madre. Me percaté entonces que sabía demasiado acera de esta Ciencia para poner a mi bebé bajo el cuidado de la ciencia médica, pero al mismo tiempo pensé que sabía poco de su aplicación curativa; así es que mientras continuaba pidiendo ayuda a una practicista, me esforzaba al mismo tiempo por adquirir una mayor comprensión espiritual.

En una época en que la niña estaba sufriendo de ictericia la pobre ofrecía un aspecto lastimoso. La practicista a quien había acudido había estado trabajando por nosotros hacía ya un tiempo no habiéndose aparentemente producido cambio alguno. Una mañana en que me hallaba muy desesperada llamé a la practicista diciéndole que debíamos hacer algo, pues la situación se me había hecho insoportable. Suavemente me respondió: "¿Adónde está su fe?" Colgué la bocina y con la cabeza inclinada en oración me senté.

"Fe, fe; ¿qué significa la palabra fe?" me pregunté. Hallé la respuesta en el conocido pasaje de la epístola a los Hebreos (11:1): "Es pues la fe la substancia de las cosas que se esperan, la demostración de las cosas que no se ven." "Substancia y demostración," repetí, "'la substancia de las cosas que se esperan.' ¿Qué es lo que estoy esperando? Pues, el restablecimiento de mi niña naturalmente. Entonces quiere decir que tengo ya la curación de la niña si es que tengo fe. 'La demostración de las cosas que no se ven'— demostración de la curación que aún no he visto. Pero ¡si tengo la fe tengo la demostración!" En ese instante se hizo la luz para mí sintiéndome bañada por un resplendor celestial.

Cuanto tiempo permanecé sentada allí no lo sé, pero un suave arrullo que venía de la cuna me hizo acordar del bebé. Cuando me acerqué a ella toda señal de su aspecto amarillento había desaparecido. Había sanado instantáneamente mediante el razonamiento científico y por la revelación del Cristo, la Verdad.

Esta experiencia me reveló cómo las Escrituras se iluminaron para la consciencia consagrada de nuestra amada Guía, Mrs. Eddy. Y con esto la cito (Ciencia y Salud, pág. 319): "La Ciencia divina enseñada en el lenguaje original de la Biblia vino por la inspiración, y necesita inspiración para ser entendida." De allí en adelante la curación de las enfermedades propias de la infancia fué para mí una cosa espontánea.

El poder protector de la Verdad se evidenció nuevamente en cierta ocasión cuando me hallaba haciendo una excursión en automóvil por el parque nacional de Yellowstone en el estado de Wyoming. Mientras me disponía a estacionarme perdí el conocimiento. Con las manos sobre el manubrio y el pie en el acelerador el coche rápidamente se fué barranca abajo a través de un grupo de pequeños pinos y sólo se detuvo cuando un tronco de árbol paró las ruedas delanteras del coche, al borde de un precipicio donde corría el río Yellowstone. En ese momento recobré el conocimiento, me bajé del auto y para substraerme a la gente que alarmada había seguido al coche y me introduje en la carpa de una señora. Un carro de auxilio remolcó el auto indemne nuevamente al camino. El capataz de la cuadrilla vino después a la carpa y con reverente asombro exclamó: "Aquel que está en los altos estaba de verdad con usted." Estando completamente de acuerdo con su declaración, di gloria a la Mente.

La demostración de sus enseñanzas ha sido prueba para mí de que la Christian Science es el Consolador prometido por Cristo Jesús y que sólo Dios había sostenido y dirigido a Mrs. Eddy cuando dió ella a la humanidad esta Ciencia, y en el establecimiento de La Iglesia Madre. Aquellos que han sido curados por la Christian Science se tornan a ella y sus seguidores con infinita gratitud. —

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