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[Original en alemán]

En el año 1934 venía sufriendo desde hacía...

Del número de octubre de 1957 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


En el año venía sufriendo desde hacía varios meses de un grave ataque de pleuresía que me incapacitaba trabajar. Cuando me encaminaba un día para consultar a un especialista me encontré con una señora que era practicista de la Christian Science. Ella me habló sobre su religión, y fué tan profunda la impresión que me causaron sus palabras que en vez de visitar al especialista le rogué me diera tratamiento. Accedió a esto ella pronta y muy afectuosamente, viéndome completamente sanado después del primer tratamiento. Un año después mediante la ayuda de la misma practicista fuí sanada al cabo de cinco días de hemorragias al estómago.

Me convertí entonces en miembro de una Sociedad de la Christian Science. Mientras llenaba mi primera posición, como organista en esa iglesia, fuí instantáneamente curada de catarro bronquial que venía repitiéndose desde hacía varios años. Esta curación se produjo a través del pensamiento que estaba yo cumpliendo con mi cometido para la gloria de Dios. Siguiendo a estas espléndidas curas he experimentado mediante la aplicación de las enseñanzas de nuestra amada Guía, Mary Baker Eddy, muchas otras bendiciones. Desearía mencionar una en particular.

En el año 1952 fuí atropellada por unciclista. Mientras iba cayendo declaré la omnipresencia de Dios en estas palabras: “Padre celestial, Tú estás aquí,” al mismo tiempo que me aferraba a la “declaración científica del ser” contenida en el libro de texto de la Christian Science, Ciencia y Salud por Mrs. Eddy.

Cuando con dificultad a causa del intenso dolor llegué a mi casa mi hermana se dispuso enseguida a ayudarme mediante la oración, mientras firmes nos manteníamos a la verdad de que yo era la expresión del Espíritu, perfecta y activa, y que mi verdadero ser espiritual se mantenía intacto bajo el amparo del Todopoderoso. Con el brazo en un cabestrillo continué a aferrarme con la ayuda de mi hermana a pensamientos de Verdad, poniendo toda mi confianza en Dios, nuestro único médico. La hinchazón y la descoloración tan evidentes, gradualmente fueron desapareciendo como también el dolor.

Una semana después cumpliendo con ciertos reglamentos fuí para someterme a un examen de rayos X. El doctor declaró que la parte superior del brazo había sufrido una fractura pero que ya había sanado. Mencionó que era un verdadero milagro pues a mi edad y de acuerdo a la ciencia médica no habría sido posible obtener la cura en diez días de un brazo fracturado a menos que hubiera sido encasado, enyesado, además de suministrársele otros tratamientos. Y añadió: "¡Si todos mis pacientes fueran como usted, me vería sin trabajo¡"

Tanto yo como mi hermana que me había acompañado nos sentimos profundamente impresionadas pues nos percatamos que esta era la acción de Dios. Dimos gracias a Dios de todo corazón sintiendo una felicidad por esta demostración de Su amor, una prueba más de las abundantes bendiciones que constantemente nos proporciona la aplicación de las enseñanzas de la Christian Science.

Para obtener el completo y libro uso del brazo pedí ayuda a una practicista quien me la suministró afectuosamente. Mencionó que debía abstenerme de pensar nuevamente en el accidente, puesto que en realidad en el reino de Dios no ocurren accidentes y que además no debía culparse a nadie. Cuando al fin logré expulsar de mi consciencia el desagradable recuerdo del accidente y sus efectos me vi completamente curada.

Le estoy profundamente agradecida a Dios por todas las bendiciones que he recibido como también a la practicista por su constante ayuda. Agradezco a nuestra Guía, Mrs. Eddy, quien nos ha dado una religión rica en bendiciones. Doy gracias también por ser miembro de La Iglesia Madre.

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