La Ciencia del Cristianismo cambia radical e innovadoramente nuestro modo de pensar. Como la ciencia de las matemáticas, que no puede adaptarse a opiniones personales ni a cosa alguna en discrepancia con sus principios impersonales, así la Ciencia del Cristianismo no puede torcerse o desviarse a fin de adaptarla a ningún concepto humano o limitado de Dios o el hombre.
Iniciar sesión para ver esta página
Para tener acceso total a los Heraldos, active una cuenta usando su suscripción impresa del Heraldo ¡o suscríbase hoy a JSH-Online!