Le estoy muy agradecida a Dios por el amor, la paz, la salud y la provisión que he recibido mediante el estudio y la aplicación de la Christian ScienceNombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”..
Esta Ciencia me fué presentada hace como diez años, cuando me hallaba en un estado mental lleno de temor e imposibilitada para trabajar. A la sazón un pariente me dió una copia del libro de texto, “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy, preguntándome si no deseaba leerlo. Después de leer el primer capítulo me di cuenta que al fin había encontrado a Dios como también la respuesta a todos mis problemas. Al terminar de leer el libro, mi salud había mejorado tanto, que pude volver al trabajo. Desde entonces la Christian Science ha sido mi único médico.
A través del estudio consecuente de las Lecciones-Sermones del Cuaderno Trimestral de la Christian Science, mediante la lectura de los periódicos y la asistencia regular a la iglesia aprendí que el reconocer la perfección de Dios y Su idea, el hombre, no sólo evita sino que también cura la enfermedad. Como resultado de mis investigaciones del significado espiritual que Mrs. Eddy da de ciertas palabras, se ha hecho la luz para mí en la comprensión de las Escrituras.
El siguiente relato es una experiencia por la cual estoy muy agradecida. Al contestar a un número de avisos en busca de empleo no había tenido éxito debido a ciertas restricciones relativas a la edad. Al quinto día de mi búsqueda en pos de un puesto volví a casa cansada y algo temerosa, mas no dispuesta a aceptar la tal llamada ley material de la edad como final. Abrí el libro Ciencia y Salud en la página 445, y mis ojos hallaron estas palabras: “La Christian Science impone silencio a la voluntad humana, calma el temor con la Verdad y el Amor, e ilustra la acción espontánea de la energía divina en la curación de los enfermos.” Luego me puse a estudiar el Salmo número 121 afirmando que Dios es el único y verdadero patrón del hombre, que no hay tal cosa llamada edad, y que el hombre no sufre demérito, mas sí progreso continuo.
Después de esto me puse a examinar el periódico local buscando algún nuevo aviso que podría contestar al día siguiente. Uno me llamó la atención, así es que anoté el número del teléfono. A la mañana siguiente llamé el número que había anotado. Para gran sorpresa mía la persona que me respondió me dijo que su oficina no había anunciado en el diario, pero que en realidad necesitaban un empleado por lo cual me rogaba que pasara a verlo pues deseaba conversar conmigo. Apenas me fué posible lo fui a ver y grande fué mi alegría cuando me impuse que el asunto edad no tenía importancia; además podía comenzar a trabajar a la semana siguiente con un sueldo más alto del que recibía anteriormente. Al volver a mi casa, consulté el número del teléfono que había copiado del diario para cerciorarme si lo había hecho correctamente. Entonces me di cuenta que había llamado a un número distinto al mencionado en el aviso, siendo guiada de ese modo de una manera completamente imprevista por mi.
Le estoy agradecida a Dios por Cristo Jesús, quien nos enseñó y demostró la verdad, y por nuestra amada Guía, Mrs. Eddy, quien reveló nuevamente esa verdad a esta era.—Columbus, Ohio, E.U.A.