Cuando los hijos de Israel se alejaron de Egipto hacia la tierra prometida, Dios los guió de un modo extraordinario. Las Escrituras dicen lo siguiente respecto a esta experiencia (Nehemías 9:12): “Y con una columna de nube los condujiste de día, y con columna de fuego de noche, para alumbrarles en el camino que hubieron de andar.
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