Estoy agradecido por este medio que me permite expresar mi gratitud por todo lo que la Christian Science es y por todo lo que está haciendo por tantos.
A pesar de que asistí a la Escuela Dominical de la Christian Science caí en el camino desviado de los placeres materiales y comencé a fumar y beber. Era un fumador empedernido y fumaba hasta un paquete de cigarrillos al día. Este hábito continuó por más de diez años.
Cuando mi esposa fué sanada de una afección crónica mediante la Christian Science, yo me puse a estudiar la Ciencia seriamente por gusto propio. El deseo de beber me abandonó completamente, pero continué fumando.
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