Nueva York, Nueva York
Nuestra Guía, Mary Baker Eddy, nos dice en The First Church of Christ, Scientist, and Miscellany (La Primera Iglesia Científica de Cristo, y Miscelánea, pág. 239): “La Ciencia de las Escrituras coexiste con Dios; y ‘Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras’ relega al Cristianismo a su base primitiva, donde la razón, la revelación, el Principio divino, las normas, y la práctica del Cristianismo familiarizan al estudioso con Dios. En la medida que la Christian Science es estudiada y comprendida, la humanidad podrá como lo hizo antiguamente embeber el espíritu y probar la validez práctica y el poder redentor del Cristianismo sanando toda clase de enfermedad y venciendo al pecado y la muerte.” Mrs. Eddy también dice (ibid., pág. 203): “Todo lo tenéis en vuestros libros de texto.”
En esta Sala de Lectura tenemos el privilegio de participar en el continuo desenvolvimiento que la humanidad está alcanzando a través del estudio de nuestro libro de texto en su esfuerzo por percibir este poder. A diario se registran curaciones llevadas a cabo mediante tal estudio. Creencias de afecciones al corazón, pulmonía, enfermedades mentales, discordias en el hogar y la oficina y la falta de amigos se han desvanecido todas cuando en la Sala de Lectura el estudiante se ha percatado que Dios es Todo-en-todo y que el hombre es la expresión de Dios.
El poder del Amor divino, revelado en nuestro libro de texto, Ciencia y Salud, es tan eficaz que extraños que no conocían esta verdad han experimentado curaciones maravillosas. Una mujer que vino una tarde a nuestra Sala de Lectura le preguntó a la bibliotecaria si la Christian Science le podría ayudar. Su hijo había quedado paralizado repentinamente y lo habían llevado al hospital. Los médicos opinaban que el muchacho tenía sólo un diez por ciento de posibilidad de vivir y, si sobrevivía, no podría caminar nunca más.
La bibliotecaria la reaseguró del amor de Dios para todos Sus hijos. Le fueron leídas en voz alta alentadoras declaraciones de la verdad de nuestro libro de texto, y se la invitó a que entrara a la sala de estudio y leyera en el libro Ciencia y Salud. Ella vislumbró en esa hora un poco de la verdad, y al despedirse compró un ejemplar de Ciencia y Salud para su hijo. A la noche siguiente volvió para comprar otro ejemplar para su propio uso. Noche tras noche ella y su esposo venían a estudiar. A las dos semanas el joven asombró a los médicos al mover las piernas. Al poco tiempo se paraba solo, y poco después fué dado de alta por el hospital. Día a día progresaba, andaba nuevamente en su bicicleta y finalmente regresó a la escuela perfectamente sanado. La gratitud de la madre por la Christian Science y nuestra Sala de Lectura era inmensa. “Mi único deseo es saber más acerca de Dios,” ella dijo. Esta curación se llevó a cabo sólo mediante la lectura de nuestro libro de texto.
Una tarde una mujer se desvaneció en la sala de estudio y cayó al suelo. Dos de nuestros visitantes la alzaron suavemente sentándola en una silla. Las bibliotecarias rápidamente entraron en la sala y percatándose de la emergencia, comenzaron a afirmarle en voz alta las potentes declaraciones de la verdad acerca de Dios y el hombre. Todos estábamos conscientes en esa sala del amor que sana. Cada uno de los visitantes estaba haciendo su parte. Poco a poco fué recobrando los sentidos, y todos fuimos testigos de una prueba más del amor de Dios y de Su poder. Un señor se ofreció llevarla a casa, pero ella declinó el amable ofrecimiento. “No, gracias, trabajaré aquí mismo,” dijo. Y esto fué exactamente lo que hizo durante tres horas. Cuando salió tenía el rostro radiante; tan es así que las bibliotecarias apenas sí la reconocieron. Su mirada fija y vaga había desaparecido. Ella se sentía completamente libre. Agradeció a Dios por Su bondad y cuidado que había sentido en la sala. Varios de los que presenciaron esta curación han expresado su gratitud. Una persona dijo que la serenidad y la calma con que cada uno se tornó a Dios le había traído curación a ella también.
Nuestros escaparates están atrayendo al desconocido. A veces vemos a dos o tres personas a un mismo tiempo leyendo los libros abiertos. En cierta ocasión un hombre vino a “echarle un vistazo” a nuestro libro de texto que había visto en nuestro escaparate. La bibliotecaria le mostró un ejemplar de Ciencia y Salud recomendándole que leyese en la sala de estudio el capítulo titulado “La Oración.” Después de leerlo, este hombre compró el libro de texto y a su vez le presentó la Christian Science a su esposa. Sus niños se hallan ahora inscritos en la Escuela Dominical de la Christian Science, y él y su esposa están progresando en sus estudios de la Christian Science. Las bibliotecarias se sienten sumamente agradecidas por estos frutos, pues traen a nuestra atención la unidad de las funciones del movimiento de la Christian Science. No sólo nuestra Sala de Lectura mas también la Escuela Dominical y otras actividades de nuestra iglesia han sido bendecidas abundantemente.
Durante un período de once meses las bibliotecarias de esta Sala de Lectura estudiaron las referencias en los escritos de nuestra Guía que las capacitaron para adquirir un concepto más claro de la evaluación que Mrs. Eddy hacía del libro de texto. Mientras gozaban con este estudio, fueron comprados por desconocidos ciento cincuenta y nueve ejemplares de Ciencia y Salud.
En cada una de las funciones de la Sala de Lectura hemos experimentado progresos. Diariamente vienen a nuestra sala desconocidos a quienes se les da las primeras semillas de la verdad.
